Capitulo Primero: Nueva estrella en el cielo.

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Bajoterra es una serie que no me pertenece, mucho menos los personajes. Todo lo que sucede aquí es ni más ni menos que un Universo Alterno en un fanfiction.

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Las babosas saltaban alegremente en los tubos que se encontraban a la altura del pecho de su dueño. Con cautela, el azabache echó un vistazo levantando la tapa de la alcantarilla. Era de noche, luz de estrella bañando el oscuro cielo y las calles sin nadie en absoluto a la vista.

Excelente.

Salió de ahí y quedó en medio de la calle, saludado con un ambiente familiar, la brisa tratando de jugar con el mechón suelto del peinado que llevaba el hombre.

- Estamos de regreso en la superficie.

Cada una de las criaturitas estaba emocionada, haciendo lindos sonidos y mirándose entre ellas con sonrisas animadas.

- De acuerdo, de acuerdo, vayamos a casa ¿Les parece?

Llegaron al frente de una casa con la luz encendida en la entrada. No había nada de particular en ella, un hogar como los otros, de dos pisos y un jardín con mucho verde alrededor del edificio. Estaba a punto de llamar a la puerta cuando un grito se escuchó adentro, hombre y babosas se vieron preocupados, el de ojos azules buscó la llave que siempre estaba escondida cerca y entró con evidente cuidado.

- ¿Rebecca?

Otro grito le puso los pelos de punta, pero con diferentes motivos que ahora alimentaban a los nuevos nervios que sentía.

- ¡Will! ¡Ya viene!

- ¿Ya viene? ¿¡Justo ahora!?

- ¡No te quedes ahí, debemos irnos!

Will Shane ni siquiera tuvo tiempo de saludar o acomodarse en casa como había planeado hacer. Buscó a su esposa y la vio tratando de calmarse mientras buscaba la maleta con cosas que ya tenía preparada desde varias semanas atrás.

La inexperiencia de padre primerizo golpeó al héroe de Bajoterra de inmediato.

- ¿Te duele mucho? ¡El hospital más cerca! ¿Hace cuanto empezó? ¿Todo listo? ¡Debemos...!

Un par de manos lo agarraron por los hombros, obligándolo a callarse y ver de regreso a los ojos verde oliva que pretendían mantener la tranquilidad.

- Will, no es momento de preguntas. La fuente se rompió hace poco, puedo esperar a que te pongas algo más normal y que tus compañeras encuentren un buen lugar aquí en la casa.

- Claro, tienes razón. – Will comentó apenado – Lo siento, ve con lo que necesitas al frente, me cambiaré y te alcanzó en poco.

En respuesta ella le dio un beso en la mejilla y le sonrió para darle la bienvenida de vuelta en casa.

Rebecca conoció a Will Shane mucho tiempo atrás, cuando ambos tenían unos buenos catorce años. Él era un chico misterioso que parecía ajeno a muchas cosas, ella una chica curiosa y despreocupada, no eran mejores amigos pero se conocían lo suficiente para Rebecca preguntarse qué le había pasado al ojiazul cuando sus caminos se separaron en el siguiente año de sus estudios.

Justo cuando la mayoría de su generación cumplía los quince años de edad.

Lo volvió a encontrar años después, pura casualidad realmente, Will estaba mucho más crecido y vaya que mejor desarrollado que la última vez que lo vio.

Rebecca nunca había sido de las chicas tímidas que leían el ambiente por lo que le pareció fácil ir directo al encuentro de Will y, en la privacidad de una cafetería, en compañía de un postre, exigir respuestas a su paradero.

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