Capítulo Noveno: Avanzando en círculos

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Trixie andaba sobre su mecabestia en un camino oscuro y con niebla. Sintió un pequeño escalofrío subir por su columna ante el ambiente tétrico que rodeaba la caverna entera, los hongos luminiscentes sólo buscaban engañar a los ojos para crear sombras atemorizantes en cada esquina.

Estaba por pasar cerca de una puerta atrancada, al final de uno de los senderos que se desviaba de su camino; y como dictaba la tradición de la superstición, la chica aguantó la respiración en lo que su mecabestia pasaba para que los espíritus malvados no entraran por su nariz.

Se detuvo en seco cuando escuchó otro sonido, el crujir de uno de los troncos secos y afilados. Dejó salir el aire silenciosamente para maniobrar a su meca y esconderla detrás de una enorme familia de hongos con brillo rosado.

- Agradezco bastante su valentía al venir aquí, pero tengo la situación bajo control.

"Esa voz, ¿Será? ¿Qué está haciendo él en un sitio como este?" Se sorprendió y preguntó la pelirroja, asomándose un poco para verificar la identidad del hombre.

Will Shane, protector de las 99 cavernas, manejaba su mecabestia de lobo con dirección a la entrada de la temida Caverna Nefasta. Y dos sujetos le seguían decididos, pero sin poder esconder el miedo de aquel tenebroso lugar.

- Pronto no huye del peligro, y tampoco desperdicia las grandes oportunidades para hacer historia - aseguró muy seguro de sí mismo el topoide, incluso si tembló segundos después con sonidos de bestias de los alrededores.

- Nuestro amigo necesita ayuda, y por lo que cuentan los demás, a ti podría servirte algo de apoyo – respondió Kord, colocando su transporte de manera más decidida al lado del lobo que mostraba las letras L-KE.

"Pensé que Kord estaba bromeando cuando dijo que un Shane podría ayudar a Eli." Se recordó Trixie.

Habían acordado en buscar maneras de mantenerse en contacto con Eli y de ser posible, convencerlo de unirse a ellos en busca de una vida mejor. El troll había decidido quedarse junto al topoide, principalmente para no perderlo por Bajoterra, y segundamente porque era una víctima fácil para sus múltiples bromas.

Bromas que grababa y enviaba a la chica, la cual después de reír un buen rato, las guardaba para después enseñárselas a Eli en alguna de sus visitas de incógnito y así conseguir alegrarlo un rato. Trixie no había desperdiciado el tiempo, se había informado sobre muchas de las cosas alrededor de la vida de Eli, lo malo era la casi nula cantidad de información que podía encontrar en babosanet sobre Industrias Blakk y la vida de su fundador. Todos le tenían miedo al Doctor Thaddeus Blakk, nadie se atrevía a meter la nariz en sus asuntos o vida privada.

Lo único que llegó a confirmar y aun así era sólo un rumor vago entre los blogs de Bajoterra, era que el Doctor Blakk tenía un hijo, desconocido en todos los aspectos, y que al parecer era protegido a sobremanera por su padre.

El suspiro con fuerza de Will Shane sacó a la joven de sus pensamientos, volviendo su mirada a los tres. El hombre se había bajado de su vehículo y estaba levantando la madera que trababa la puerta de la caverna tétrica.

- Miren, no quiero sonar grosero, pero tengo demasiadas cosas de las cuales preocuparme ahora. Me encantaría ayudarlos, pero el Doctor Blakk y yo no mantenemos buenas relaciones como para ir casualmente y darle consejos de paternidad.

Con esas palabras era obvio que Will ya sabía de la existencia de Eli, y honestamente a Trixie le sorprendió que no mostrara emociones más negativas o de sorpresa ante la revelación del heredero de su enemigo.

- ¿Consejos de paternidad? Ah, así que el legendario Will Shane también tiene un hijo – aseguró Pronto, buscando saber un poco más de uno de sus ídolos.

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