Capitulo Segundo: La venganza es pequeña

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En Bajoterra nunca vimos heridas graves o muertes por ser un programa para niños creo yo, en esta historia hay algunos cambios en ese aspecto 😌

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El refugio tenía algunas decoraciones que alegraban el día en el que estaban. Eli esperaba con ansias a que sus papás terminaran con la canción antes de soplar las velas del pequeño pastel que le habían hecho.

A Rebecca le causaba ternura que incluso las babosas de su esposo los estaban acompañando en la melodía con chillidos y pequeños sonidos alegres. Las criaturitas consideraban al pequeño parte de la familia, parte del equipo de su querido lanzador, ahora que cumplía cuatro años debían celebrarlo también.

Por fin terminaron y el niño sopló las velas, le costó un poco así que su padre le ayudó con la mitad.

- ¡Ay mi niño ya es todo un hombrecito, precioso! – canturreó Rebecca mientras estrujaba a Eli con amor.

El niño se sentía algo aplastado pero ya estaba acostumbrado a los arrebatos de afecto de su madre cuando ella se sentía muy feliz, por lo que solo mostró una sonrisa.

- ¿Recordaste pedir un deseo, hijo? – preguntó Will.

Era una pregunta normal, algo para llenar el espacio en lo que cortaba el pastel. No se esperaba ver a Eli entusiasmado por ello y correr en busca de algo, cuando regresó, su pequeño le entregó un dibujo que había hecho hace poco.

- Sip ¡Cuando esté listo, lanzaré babosas como tú! ¡Quiero ser como tú!

La hoja mostraba dibujos con líneas agitadas por la falta de precisión, colores que todavía se salían de la raya y figuras muy básicas componiendo todo, pero aún así se podía entender que era un dibujo de padre e hijo felices con sus babosas.

"Impresionantes babosas son esas" Pensó Will riendo con el adorable dibujo y la clara falta de proporción que Eli demostraba en su pinturilla con colores y crayones.

Aunque tal vez el tamaño fuera más por el cariño que les tenía a sus amiguitas que por las verdaderas medidas.

- Rebecca, Tom vendrá aquí por unas horas, dice que tiene información importante que debo saber.

Eli no ponía la menor atención, él y Burpy estaban disfrutando de una gran rebanada de pastel. Tenía pedazos de mora y el pequeño Shane ni la babosa tenían un rostro libre de las migas del postre, uno por no importarle como comer adecuadamente y otro por no ser humano.

- ¿Tom Por?

- ¿Quién más?

- Solo quería corroborar, aunque tienes razón – la mujer resopló por lo que había preguntado -, él es de los pocos que saben que estamos aquí.

- Es mi mejor informante, si alguien debía saber que estaban aquí era él.

- No desconfío de ninguno de tus aliados Will, sólo que me sigo acostumbrando a cómo funciona todo acá abajo, oírlos hablar de cosas que no entiendo me da dolor de cabeza.

- Bueno – Will se metió una cucharada de pastel – admito que es un poco confuso al principio pero tampoco necesitas acostumbrarte por completo, solo estarán aquí algunos meses.

- En eso tienes razón.

- Bueno, cuando venga, Eli y yo podemos ir a la habitación a jugar un rato mientras ustedes se encargan de estos asuntos de Shane.

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