Introducción + 1. Omegaverse

1K 95 35
                                    

Título: La Fuerza es poderosa en él.

─────────────────────

Durante la primera clase del entrenamiento en Yavin IV, Luke tenía a sus pequeños aprendices repasando el ejercicio que les había mostrado el día anterior, cada pequeño llevaba los ojos cerrados concentrándose en mantener su mente en blanco. No había problema si no lo conseguían, pues aún estaban tentando el campo de tal ejercicio.

Por lo tanto, Skywalker solamente se mantenía de pie frente a ellos, observando, con una respiración tan calmada y sigilosa que le ayudaba a sentir el esfuerzo que hacían sus alumnos por cumplir con la tarea. No obstante, a pesar del gran avance que estaban obteniendo en comparación al día anterior, el Maestro tuvo que darles un descanso indefinido a causa de que su mejor amigo droide, R2-D2, interrumpió la clase haciéndolo salir de la sala.

—Quiero que sepas, R2, que solamente accedí a detener la clase porque estás desesperado —Mencionaba Luke en el pasillo empedrado, la unidad estaba a su lado.

Pronto, R2-D2 expulsó varios pitidos, sonaba desconcertado, en parte alarmado. Como si algo le preocupara. Le informaba a Luke acerca de una visita a la Academia, palabras en binario que extrañaron al Jedi.

—¿El Mandaloriano aquí? —dudó, R2 volvió a soltar silbidos; Al parecer, se encontraban en una situación no grata— ¿Qué hay de Ahsoka? 

El droide contestó la pregunta de Luke, expresando el fracaso a través de un silbido agudo, suavizado y como si el sonido se alejara. Había mencionado que Ahsoka Tano ya no se encontraba en Yavin IV, o por lo menos no se encontraba cerca.

—Olvido a veces que ella también es alfa y no una beta, como supuse al conocerla —Comentó a su vez daba una mirada esperanzadora al área verde que les rodeaba, parecía buscar la respuesta en los seres vivos—. No hay otra manera, Artoo, tendré que recibirlo yo —Enderezó la espalda, adoptando una firmeza de liderazgo—. Quédate aquí y cuida que los jovencitos no se hagan daño.

El joven de azules ojos comenzó, dispuesto, a dar un par de pasos hacia el frente, dirigido hacia el recibidor de la Academia. De forma apresurada, R2-D2 le detuvo colocándose frente a él mientras soltaba pitidos en código binario. Luke sonrió, enternecido, por el gesto de su droide antes de hablar.

—Estaré bien, Artoo —Una vez más, R2 protestó—. No soy ningún presumido, ni arrogante, pero puedo esconder perfectamente mis emociones y, con ello, mi olor —Luke posó su mano derecha sobre la cabeza de R2 y, brindando una caricia amistosa, pasando de su lado—. No te preocupes, amigo.

Ante el droide, Luke se podía mostrar simple y sencillamente despreocupado, manteniéndolo todo bajo control, pues así era como un Jedi debía ser, sin embargo, la situación por la que iba a pasar le ponía entre la espada y la pared: la diplomacia que le ha costado trabajo desarrollar y mantener, al momento de rechazar la presencia de un padre como el Mandaloriano, podría caer en la incredulidad; también, llevaba mucho tiempo sin la necesidad de utilizar la Fuerza para esconder el dulce aroma que desprende en sus días de celo.

Sabía que el Mandaloriano era un alfa.

Dio un par de pasos más, saliendo de la sombra de los edificios de piedra construidos, para poder ver que la visita estaba allá, en las sombras que la naturaleza verde brindaba. El Mandaloriano le daba la espalda, claro, su desconfianza en los droides le orillaba a entretenerse con cualquier otra cosa con tal de esperar y saber si le habían dado luz verde a su petición. Petición que consistía en una recepción con Luke Skywalker.

"Que la Fuerza está conmigo", recitó Luke a sí mismo en su mente, suspirando antes de dar más pasos hacia el frente para afrontar a la visita.

STRAWBERRY | #DinLukeWeek #SemanaDinLukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora