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2. Dark version (Din Djarin)

Título: El camino es así.

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Y una vez más, estaba allí frente a Lord Vader, en reverencia, mostrándose sumiso, brindándole el respeto que se merecía y que solamente accedía a dar por obligación. No estaba presente en la cámara del Lord por mero gusto propio, lo detestaba tanto como detestaba la bazofia que escuchaba hablar a los demás a sus espaldas; estaba aquí, cumpliendo los deseos de Vader con el fin de que este dejara en libertad a su pequeño hijo.

Pero parecía que lo que hacía no eran los méritos suficientes para eso.

—Mandaloriano —pronunció Darth Vader, entre sus respiraciones tan pesadas y escandalosas en cuanto el silencio infundido en la cámara—, he puesto mi confianza en ti. Pero no has hecho nada mas que decepcionarme.

—Muestro mis disculpas en la única forma en que sé, Lord Vader —contestó, con atrevimiento, Din. Aún sobre su rodilla, con la mirada y el casco hacia abajo—. No he demostrado nada mas que el ser inútil en mi búsqueda, pero si me da una oportunidad más...

—Pero si te doy una oportunidad más —Vader se levantó de su silla, elevando el volumen de su voz, estremecedor; Lord había levantado su mano derecha en dirección hacia el mandaloriano, incitando a través de la Fuerza que este se alzara en el aire, presionando ligeramente su cuello— sabrás que tengo compasión por ti, cuando debí matarte hace tanto tiempo atrás.

Din quería continuar pronunciando palabras, de alguna forma, excusar su irremediable búsqueda fracasada. Porque así lo era, lo viera por donde lo viera, era difícil encontrar un Jedi sin identificación, sin nombres, sin rostro.

—Lord Vader.

Un General de la base de Vader entró a la cámara, al nombrado pareció no molestarle, tomó cercanía para hacer una reverencia y pronto habló, ignorando la situación actual.

El imperialista no presionaba lo suficiente como para matarlo de asfixia, por alguna extraña razón Vader no quería verlo muerto, al menos, todavía no era necesario limpiar el cadáver del mandaloriano. En su sufrimiento, a cada bocanada de aire, Din tenía los recuerdos de sus momentos buenos y malos con su pequeño hijo Grogu, recordándose el por qué hacía lo que hacía, obligándose a obedecer a quien obedecía porque quería permanecer en el clan de dos. No quería perder a su familia, y tampoco quería que Grogu perdiera a su padre como él perdió a los suyos.

De pronto, en medio de sus pensamientos, Vader lo dejó caer al suelo, no le importó escuchar qué tanto Din estaba tratando de agarrar oxígeno y reponer su respiración habitual.

—Su nombre es Luke Skywalker —Darth Vader informó, hablando en voz alta lo suficiente para que Djarin le escuchara, y fue así, fue recibidor de la atención del mandaloriano—. Ojos azules, piel clara, cabello rubio, un verdadero creyente y acreedor de la Fuerza.

Conforme la descripción del aspecto físico del Jedi estaba saliendo del caso de Vader, un holograma exponía el rostro del mismo, proyectándose desde un aparato electrónico que el General llevaba en su mano.

El corazón de Din comenzó a acelerarse, su respiración parecía no tener control tras la información que debía procesar: luego de pasar varios días en Tatooine, no anticipó que un joven muchacho de azules ojos iba a ser quien le robara el corazón, bajo el nombre de Luke, un hombre que comprendía su espacio personal y, a su vez, tan hermoso, tan inteligente, tan buscado por la Imperio.

—Es mejor que recuperes el aliento, mandaloriano, porque tendrás competencia —Vader anunció, en el General se dibujó una burlona sonrisa; Poco a poco, Din se ponía de pie—. Si eres tú quien me trae a Skywalker, te concederé todo aquello que deseas.