𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝟤𝟤

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La señora Kirai dueña del refugio de animales, antes de irse le había presentado a todo el personal de ese día que constaba de tan solo cinco personas sin incluirlos a ellos, mayormente eran jóvenes con experiencia en el campo o estudiantes que buscaban brindar apoyo y se beneficiaban al adquirir conocimientos. No había mucho que hacer a decir verdad ya que los chicos llegaron un poco tarde donde las visitas no eran recurrentes mucho menos las llamadas que podrían llegarle por cualquier improvisto fuera de ahí, el refugio era el mejor de la zona, no llamaba mucho la atención y solía estar abierto incluso los fin de semana turnando turnos con diferentes personas que siempre estaban dispuestos a ayudar.

Constaba con un total de dos veterinarios, el primero era una chica inscrita en una universidad no tan lejos de ahí y Hanemiya Rin una veterinaria con experiencia que se encargaba de los chequeos bimestrales de cada animal siempre y cuando tuviese tiempo para ello, ocupaba un consultorio de prestigio en el centro de la ciudad y se encontraba en un ajetreo constante.

Estaban los cuidadores, personas con experiencia básica para el mantenimiento de cada animal, se encargaban de la limpieza, itinerario de cada uno, cuando comían, que comían, si comían menos o su desempeño era inusual todo debían anotarlo para el funcionamiento óptimo de la futura mascota.

Empleados encargados del presupuesto, la venta, compra y ahorro del dinero suficiente para poder seguir a flote, organizaban los tratamientos domicilio para poder generar más ingresos y solían dar publicidad mediante los medios ya sea de una pequeña reunión para dar a conocer a los animales candidatos en adopción o eventos comunitarios asociados a otras ciudades o distritos.

Chifuyu no lo había pensado mucho cuando hablo con la veterinaria de turno, quería ver el estado de los animales y con gusto la chica le mostró el camino. Takemichi miraba como todos parecían saber que hacer incluso observo como su primo parecía emocionado por empezar dejándolo atrás, se quedó ahí parado pensando si era realmente necesaria su presencia.

Por ahora él era un chico teórico, había leído muchos libros pero jamás había tenido la vida de un animal en sus manos, ni de sus cuidados había sido posible encargase, no tenía mascotas, sabía que como veterinario novato no tenía mucho por ofrecer.

Pero igual quería ayudar, quería ser de utilidad en lo que más quería así que se prometió a si mismo hacer lo que sea para llegar a ser alguien como Chifuyu, como Kazutora o incluso como Baji.

Decidido camino hacia uno de los chicos que se encontraba en una computadora cerca de la entrada.

-¿en qué puedo ayudar?


...


-están saludables, hoy vinimos un poco tarde pero este fin de semana podemos apoyarlos un poco mas- hablo Chifuyu terminando con el séptimo perro que chequeaba, un hermoso maltes negro que lamió su mano cuando el rubio le acaricio las orejas.

-si nos pudieran dar sus itinerarios a cada uno- hablo Baji revisando los registros médicos en una laptop.

-le diré a Shiosuke que se encargue de las impresiones para que pasen por las copias mañana- hablo una joven llamada Noriko que era parte del personal de cuidados junto con su hermana Sadako.

-ahh ¿no creen que es algo aburrido?- hablo Kazutora al quedar solos, hizo girar la silla donde se encontraba

-es excelente para dejar de lado el ambiente de estrés de la universidad, tu mamá seguro lo eligió por eso- dijo Chifuyu tomando al cachorro en brazos

𝖭𝗈 𝗈𝗅𝗏𝗂𝖽𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗍𝖾 𝗈𝖽𝗂𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora