14. VI & VII

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-A-Atsu... ¡Aah! dios... ve más rápido por favor...

El albino lo miraba, estando acostado... tan lindo... tan sonrojado y sudado, relamió sus labios y se agacho besándolo con pasión, mientras no dejaba de moverse.

El azabache solo pudo abrazarle la espalda sus gemidos ahogados en ese beso húmedo, rasguñaba la espalda del albino, sentía electricidad corriendo por su columna y si no fuera por su ya algo abultado vientre arquearía más la espalda.

Sentía le miembro del albino entrar y salir y solo gemidos lograban articularse en él, Atsushi lo sujeto para que no se lastimara.

Terminaron al mismo tiempo, temblorosos y jadeantes, el azabache que trataba de regular su respiración.

El albino lo siguió besando aun dentro de él besando su cuello hombros brazos y pecho, nuevamente se detuvo en sus pezones que se habían convertido en su obsesión, lamiéndolos y mordiéndolos.

- ¡Mgh! Atsushi.... me... me provocaras de nuevo... no...-el azabache fue interrumpido por un gemido cuando el albino volvió a lamer uno de sus pezones, ya para esa semana era un punto completamente sensible.

-Amo... cuando gimes para mi -susurro el albino usando su voz de alfa y causando que el azabache sintiera un escalofrió de placer en el cuerpo, vio esos ojos felinos, tan amarillos, el azabache se había estado sosteniendo con sus codos sobre la cama, se acerco al albino beso su cuello y se acostó bien ya sin recargarse y comenzando a liberar sus feromonas.

El albino respiro aquel aroma tan delicioso, lo beso con pasión tratando de controlarse, pero el azabache no se la dejaba fácil, era casi como si estuvieran en celo, aunque era imposible en alguno de ambos por el embarazo.

-Atsushi... -susurro el azabache con la voz suave mientras lo miraba, sentía que el albino volvía a estar duro y esto lo estaba volviendo loco- muévete... por favor... ¡Ah!

El albino accedió gustoso, el azabache termino primero y Atsushi tardo unas embestidas más en terminar de nuevo, esta vez salió por completo del azabache, pero lo siguió besando y mordiendo levemente en especial en las muñecas.

Se acostó al lado del azabache ambos empapados en sudor y respirando agitadamente.

- ¿Mejor? -pregunto el albino agotado sobre las sábanas.

-M-mucho Atsu, gracias...

Todo había comenzado por un punzada en el vientre del azabache, pero esta vez había sido diferente, se había ruborizado y el albino se había acercado a ver si estaba bien, el azabache le había besado y el albino se ruborizo... el malestar ahora de ambos incremento, así que decidieron resolverlo.

Estaba agotados y solo se abrazaron hasta quedar profundamente dormidos.

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El albino cortaba verduras y el azabache le ayudaba, los calambres habían regresado y ambos tenían que tener cuidado. Era ya la vigésima segunda semana, y Akutagawa comenzaba sentir todos su movimientos pesados y torpes, sin embargo, gracias al albino no desespero.

Los lideres estaban lidiando con un nuevo oponente algo escurridizo, por lo cual habían dejado de verse por un tiempo, principalmente por seguridad de los menores, aunque a decir verdad ellos no estaban preocupados.

Comieron y disfrutaron de su presencia, el albino lucia pensativo, hasta que el azabache llamo su atención y le pregunto qué sucedía.

-Ryū... ¿quisieras ir al cine conmigo?

Corazones comprometidos AtsuAku M-pregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora