Capítulo 2

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Un ligero cambio de ambienté

«La luz»

Con pesadez abro los ojos enfocando una luz blanca casi cegadora que pienso que tal vez es la eternidad que me espera luego del horrible sufrimiento experimentado anteriormente.

Pero supongo que mi suerte no es así de buena.

A medida que mi vista se aclara noto que la "hermosa" luz que veo, no es la que dicen que vez cuando mueres, sino una horrible bombilla blanca, en un horrible techo asqueroso que me termina de convencer que en cielo no estoy

Cuando mi cuerpo comienza a cobrar fuerzas noto que estoy encadenada a lo que parece una columna de concretó, me las ingenio para quedar sentada mareándome por el esfuerzo. Un calor viscoso y desagradable se extiende por toda mi cara, bajó la mirada y caen algunas gotas carmesí en mi ropa, y ahí la veo. Sangre, mucha sangre, en algunos sitios seca y en otros pegajosa, el olor metálico invade mis fosas nasales revolviendo mi estómago. Suelto un grito ahogado y levantó la cabeza en una búsqueda desesperada de ayuda, con eso noto que no estoy sola, y la imagen en lugar de alegrarme me perturba aún más.

Hay dos personas encadenadas justo frente a mí la poca iluminación no me deja distinguir pero sus siluetas oscura y enormes me dan a entender que son hombres, ambos parecen estar encadenados igual que yo. Paseo la vista por la habitación que parece un enorme sótano y veo a un tercer hombre al final del corredor, la luz opaca de la puerta que está a su espalda solo me permite ver su cabello rubio y las enormes cadenas aferradas a su cuerpo. Volteo al lado contrario y veo lo que parece una mujer está demasiado lejos para notar cualquier cosa, ella está en una silla y tiene cadenas en los pies supongo que en las manos también ya que su cuerpo cae hacía delante como si estuviera desmayada pero sigue fija en la silla

Siento movimiento del otro lado, volteo y veo al tercer hombre moverse, entro en pánico cuando escucho sus quejidos al intentar levantarse sin éxito, cuando se da cuenta de la situación en la se encuentra, se pone de rodillas y comienza a estrellar las cadenas de una manera tan brusca que hacen un fuerte ruido cada que chocan con el concreto que las sostiene, privándolo de la libertad que se dispone a alcanzar por medio de bruscos jalones, todo haciéndolo lucir como una bestia peligrosa la cual solo desea acabar con quien sea que lo puso en esa situación

Uno, dos, tres, ocho, doce, veinte, treinta jalones que creo que lo llevan al cansancio porque se detiene y justo en ese momento me percató que las personas frente a mí se mueven, están despertando

Devuelvo mi mirada de manera rápida al hombre que ahora está sentado respirando de manera agitada para luego pasarla a la mujer, quien despertó y también me está observando, no logro descifrar su rostro por lo alejada que está y la escasa iluminación pero siento que me observaba con tal intensidad que al instante me puse nerviosa

La puerta detrás del hombre bestia distrae mi atención de la mujer cuando, luego de varios sonidos raros se abre, dando a conocer un hombre castaño de tal vez de unos veinte años el cual luce un impecable traje blanco que contrasta totalmente el ambiente en el que nos encontramos, viene seguido de cuatro hombres vestidos igual que el pero sus trajes son negros, supongo que son sus escoltas o algo así supongo

—Veo que todos despertaron —enciende más luces iluminado el lugar en su totalidad, pasa su mirada por cada una de las personas presentes enfocándose por último en la mujer, su cabellera rojiza, idéntica a la mía es lo primero que noto—. Lady Sasha Elonor Voldigoard —esa última palabra me hacer girar mi rostro bruscamente hacia él, ¿si escuche bien?—. Que honor tenerte prisionera querida, estas hermosa como siempre.

Ahora que la veo con la luz suficiente, se me hace familiar de algún sitio, detallo su aspecto desde su ropa militar de color negro manchado de sangre y suciedad, hasta su largo cabello rojo que cae enmarañado en ciertos sitios pero no le quita el aura de elegancia que transmite de alguna forma, un par de ojos grandes de un verde llamativo y un rostro con rasgos delicados que aunque cuenta con un corte preocupante en su mejilla derecha, del que brota la sangre que empapa su ropa sigue viéndose realmente hermosa

Voldigoard (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora