Capitulo 15

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El club clandestino de paz 

Ava

— ¿Se fueron? — pregunta Sasha viendo hacia todos lados — mejor pregunta ¿Como fue que entraron?

—No, la verdadera pregunta aquí es ¿¡Por qué no nos dejaste hacer nada!? — grita Simón colérico — primera vez que me apuntan durante tanto con una maldita 4mm

—No los dejé hacer nada porque... — trato de explicar pero la bestia me interrumpe

—No pretendo faltarte al respeto pero nos pudieron asesinar a todos, muerta no reinas Avalerí, nos hiciste lucir como unos inútiles. ¿Que pretendías? Te recuerdo que somos... — Golpeo la mesa lo más fuerte que puedo haciendo que el estruendo que hace sobre el mármol le cierre la boca

—Dime algo Andrew ¿Crees que si hubiésemos matado a todas esas personas conseguiríamos la información que ahora tenemos? — encuesto mirándolo con detenimiento, cuando veo ese brillo oscuro que toman sus ojos cuando está a punto que explotar hablo de nuevo —. La respuesta es no, no la tendríamos y todo hubiese continuado igual o hasta empeorado, dime ¿Crees que matar a la mano del rey enemigo con todo su ejército dentro de nuestra nación es muy sensato?

Abre y cierra la boca como buscando las palabras correctas para replicar pero al no encontrarlas solo aprieta la mandíbula y resopla

—Exacto, no todo debe ser un baño de sangre Andrew, si no les di órdenes de atacar es porque no lo ví correcto ni necesario, se lo que hago Coronel, tu me entrenaste para esto y creeme que estoy lista — digo para que al fin comprendan que no soy la misma chica llorona que era cuendo llegue —. Y eso va para todos, obviamente me importan, es decir, respeto sus opiniones y réplicas pero también deben tener claro que soy capaz de afrontar situaciones como estás, medio año de entrenamiento vigoroso no fue para nada

Sasha corre hacia mi y me abraza de lado, y finge llorar sofocadamente

—Dios estoy tan orgullosa ¡La bebé esta creciendo! Maldita sea que orgullo — dice y yo giro los ojos para luego reír de su tontería poco adecuada para momento

—Que puto orgullo avaricia — exclama Adam siguiendo el juego de la pelirroja

—Basta ya — se queja Andrew como una mueca de asco — ¿Que haremos ahora? ¿Irás a la fiesta de te de Darius?

Estoy a punto de responderle con un "no se" cuando siento que abren la puerta, es Esteban y su concejo, no parece nada feliz

— ¿Cómo se atreve Darius a semejante cosa? — cuestiona rabioso el rey regente — cuando ya tenía a todas las tropas listas para salir el solo retira las suyas

—Talvez huyó señor — dice Sir Román con intención de calmar la situación

— ¡Tonterías! Ese idiota puede ser lo que quieras menos un cobarde — exclama acercándose a su trono por lo que me apartó para que no le de por descargarse conmigo — para mí que su intención era otra

«—Oh ¿Tu crees? — dice mi voz interior con burla — joder que gran descubrimiento»

—Tomen asiento necesito que hablemos esto — ordena y todos obedecen —. Está burla no se puede repetir, la próxima les estalló la maldita capital

—Majestad — hablo llamando al fin su atención, creo que no había notado que estaba aqui — ¿Podría retirarme al palacio? No deseo escuchar nada en estos momentos, toda la calamidad vivida hoy me tiene los nervios de punta

El me mira suspicaz pero al final mi máscara de doncella atemorizada lo convence y me da permiso de retirarme y lo hago rápidamente, salgo del cuartel, subo a un auto y en el camino hacia el castillo les dejo un mensaje a los chicos citado a cada uno en mi habitación cuando el reloj marque la media noche

Voldigoard (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora