Capitulo 3.

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                       Un escape, casi, perfecto

Hay miles de preguntas revoloteando en mi cabeza, en partes una me asusta mas que la otra.

¿De donde me conocen?

¿Donde estamos?

¿Por que está chica tiene mi apellido?

Y la mas importante: ¿¡Que diablos pasa!?

Si, debo preguntar todo esto pero ahora creo mas importante correr por mi vida mientras veo a mis acompañantes asesinar a todo aquel que se nos atraviese. Nunca había visto tanta sangre junta y nunca había querido vomitar tanto en mi vida.

Cuerpos destrozados y sangre empapando cada superficie es lo que dejamos tras nosotros cuando logramos salir del sótano para darle paso a lo que parece una vieja fabrica. Veo maquinas de metal  y cintas transportadoras por todos lados, eso aparte  de mas hombres armados que estoy totalmente segura quieren todo menos ayudarnos a salir.

—Deberíamos irnos por otro lugar —sugiere el hombre bestia mientras nos escondemos detrás de una de las máquinas—. No creo que con ella podamos salir por ahí.

—Es cierto —le responde el gemelo peli azul—, o la matan a ella o nos matan protegiéndola, y ninguna nos conviene

—Alexander busca una ruta alternativa —ordena la mujer llamada Sasha  al pelirrojo.

—Amm claro si , espera que active mi telepatía por que si no lo recuerdas ¡Nos quitaron todas las putas cosas que traíamos! —responde el en un furioso susurro

Ellos comienzan una silenciosa pero sofocada discusión por al aparecer una trampa en la cual cayeron pero no les presto atención y mejor me dedico a buscar alguna salida, giro la cabeza hacia todos lados y al final sí consigo algo.

—Y si salimos por ahí —sugiero señalando una compuerta parecida a las de ventilación que esta sobre nosotros —. Si no es salida al menos nos dará un escondite en donde pensar que hacer

—Oh vean el adorno habla —se burla la bestia fingiendo estar sorprendido.

—Andrew  por favor, es buena idea —le corta la pelirroja mirándole de mala manera —vamos te ayudo a subir

Ofrece pero niego ya saben para no lucir como una completa inútil. Todos suben sin problema y sin hacer ningún ruido, en cambió yo, apenas logro tomar el  borde de la compuerta que no esta tan alto, subo los pies a la pared y con dificultad me impulso para subir cayendo de pansa dentro del tubo de metal

—Gran entrada Voldigoard —molesta la bestia

¿Y este que tiene contra mi?

—Sigamos —pide Alexander comenzando a arrastrase a través del tubo—. En silencio —agrega mirando a su doble cabeza azul

—Jodete Alexander

Continuamos así por algunas horas gateando a oscuras y en silencio, cada uno inmerso en sus pensamientos, hasta que alexander nos hace señas para que nos detengamos

—¿Escuchan eso? —pregunta y creo que me quede sorda

—¿De que hablas? —cuestiono sin entender nada

—Creo que ya se donde estamos —informa volteando a vernos—  en los planos puede ver  este tubo, era un tubo transbordador de la fábrica pasa por todo el lugar y por todo me refiero a todo hasta el estacionamiento si seguimos por aquí con suerte saldremos

—¿Y que era lo que estábamos escuchando? —pregunta Simón  por todos ya que nadie entendió esa parte

—Los autos —nos responde como si fuera algo muy obvio.

Voldigoard (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora