RAMÉ (Alemex)

capitulo 11

Miro el vaso de agua en su mano mientras veía a Sur terminar con el contrato entre Sur corea. pudo divisar al Nor coreano a su costado como si esperara algo, suspiro recargándose en el sillón y ladeo su cabeza, puede no estar en condiciones para tratar con el comunista, solto una risa ante el brinco que dio cuando sus ojos se posaron en el.

-que pasa?- pregunto con calma jugando con el vaso en sus manos.

-이러한 공격은 얼마나 자주 발생합니까? (que tan común te dan estos ataques?)- pregunto expresando confusión.

-hombre ya lo dije no tan seguido pero Dios, no lo se, puede que sea cada vez que un funcionario abusa de su autoridad y poder. Y no es como si todos fueran buenos y sinceros- poso una mano en el hombro coreano intentando darle algo de paz - aun eres joven, tendrás tiempo de sobra para saber que mierda me sucedió-

- 당신의 부패를 도와줄 누군가에게 도움을 청할 수 있습니다. (podrías buscar ayuda, alguien que te ayude con tu corrupción)- tomo la mano en su hombro -내가 당신을 도울 수 (yo... podría ayudarte)-

-corea, eres un país cerrado que busca mostrarse superior, pero esto no es algo que otro país pueda combatir, todos tenemos corrupción corriendo dentro de nosotros- el Nor Coreano quedo callado cuando vio vació en la mirada del mayor -no puedes ayudar a otro con la corrupción si tu no puedes acabar con la corrupción en tu país-

-그건 불공평해... (eso es injusto...)- México centro sonrió desganado, inconsciente mostrando la sonrisa afilada que causo un escalofrió en el coreano.

-bienvenido a México, aquí los activistas se esfuman si mas y a los estudiantes.... los mandan a matar- susurro alejando su mano de un coreano desconcertado, el menor miro rápidamente al mayor que bebía de su vaso, cerro la boca, en cierto modo no podía reclamar lo inhumano que era decir eso, seria hipócrita de su parte. Después de todo cada país tiene su marca negra, esa espantosa marca que se graba en su ser para recordarle la injusticia que sufre su país.

-도움이 필요하면 도움을 요청하세요 (pide ayuda si alguna vez la necesitas)- gruño levantándose, el mexicano le siguió dándose cuenta que el otro corea tambien había terminado de hablar con su hermana, un mareo lo hizo tambalearse siendo sostenido por el corea para estabilizarse.

-yo los despido Cent, no te preocupes, recuerda que no eres el único que debe tratar con estos asuntos, así que descansa un rato- le sonrió su Mayor haciéndolo suspirar y sentarse de nuevo a regañadientes en el sofá -y usted deje a mi hermanito en paz, amos a volar a otro lado, ahuecando el ala-

-gracias por venir y por favor, llamen antes de arribar a mi oficina sin cita- dijo centro viendo como ambos coreas eran sacados del lugar por su hermana, suspiro sujetando su frente por reflejo, preguntándose por que de esa ilusión, pensar que era un recuerdo era quedarse corto, se sentía real, sostuvo su estomago, el dolor ya había desaparecido pero eso no evitaba que levantara la camisa y revisara, no había señal de moretones, acomodo de nuevo su camisa y miro sus muñecas.

Podía sentir el hormigueo recorriendo sus muñecas como si el acero aun estuviera ahí, acaricio sus muñecas con cuidado y se quedo mirando la nada misma, preguntándose de nuevo de donde salio el Alemania bien portada y dulce de un Alemania racista y sanguinaria, lo único que compartían era el rojo, los dientes y posiblemente un poco de inestabilidad pero eso ya era culpa de los estragos de la guerra.

Recordó su primera interacción con la Alemania, Prusia y un investigador visitaron américa, recuerda perfectamente cuando arribaron ciudad de México en ese momento la capital de Nueva España.

El hombre se mostró maravillado por la colonia, su ecosistema y la minería. Casi muere del susto cuando vio a una bandera mas alto que el y sus hermanos mirarle con duda, a pesar de la gran falta de palabra, pudo ver como interactuaba con sus hermanos, mas con el por su peculiar dentadura.