¿Qué pasa cuando amas tanto a alguien que el universo de apiada de ti?
Tanto que te dan una segunda oportunidad.
Tanto que pueden encontrarse en otra vida.
Esto es lo que le sucede a dos jóvenes, Sam y Frodo
-Este va a ser su trabajo para el final del semestre- dijo el anciano profesor con aires elficos mientras terminaba de explicar su clase.
Sam, emocionado, anotó esto en su libreta color verde, de verdad quería presentar un trabajo que no solo sea bueno sino algo que impresione al viejo profesor.
Lo que el rubio no tenía en cuenta era que cierta rizada lo miraba desde su asiento. Llevaba semanas interesada en el rubio, desde que lo vio tuvo el presentimiento de que tenían algún tipo de lazo y que iban a llevarse bien.
Así que porfin decidió acercarse y hablar con él.
-H-hola- saludo Rosie algo tímida, el avellana pareció no escucharla así que lo repitió- Hola... ¿Sam?
El rubio alzó su vista y soltó un brinquito al encontrarse con su compañera- Hola... ¿como te llamas?- preguntó apenado, por no saber su nombre y por el hecho de que era muy linda.
-Soy Rosie, Rosie Cotton.
-Yo soy Sam Gamgee- dijo extendiendo su mano- un gusto Rosie.
La rubia sonrió-¿Quieres ir a tomar algo?
-...Yo- Sam estaba apunto de negarse pero recordó que hoy iba a ver re-store-... me parece bien.
Ambos recogieron su abrigos y se dirigieron a una cafetería cerca de la universidad.
Al parecer Rosie tenía razón ya que ambos jóvenes conectaron de inmediato y pasaron toda la tarde conversando sobre sus flores favoritas, las clases y los pueblos de donde venían.
Después de pasar la tarde ambos regresaron a sus bloques. Sam quedó impresionado, tan impresionado que no pudo pegar un ojo por aquella Rosie Cotton.
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