La Habitación 1380

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El clima era algo soleado parecía que aquel tiempo nublado y gris se estaba quedando atrás para dar paso a días más cálidos

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El clima era algo soleado parecía que aquel tiempo nublado y gris se estaba quedando atrás para dar paso a días más cálidos.

Frodo cruzaba la gran universidad de paredes de mármol blanco que estaba inspirado en aquella ciudad elfica llena de sabiduría.

El castaño tocaba las frías paredes mientras buscaba a aquel rubio con el que comenzaba a ser amigo, su mochila estaba algo pesada ya que hoy iba a entregarle algunos libros para su trabajo de semestre.

Ya estaba por rendirse cuando pudo ver al pecoso a lo lejos, Frodo se paso su mano por aquellos rizos oscuros y se acercó, iba a saludarlo pero se percató de que se encontraba en una animada charla con la rubia, prefirió no interrumpirlos y se dirigió a su segunda clase.

Ya estaba por rendirse cuando pudo ver al pecoso a lo lejos, Frodo se paso su mano por aquellos rizos oscuros y se acercó, iba a saludarlo pero se percató de que se encontraba en una animada charla con la rubia, prefirió no interrumpirlos y se dir...

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Ya era la hora de almuerzo y... otra vez había fallado en entregarle los libros, esta vez Sam estaba rodeado de algunos chicos de primer semestre mientras comían, por alguna razón el castaño se sentía más tímido que otros días, así que decidió mejor sentarse y comer algo.

-Hoy parece que tienes una cara larga- dijo un joven de rizos dorados mientras tomaba asiento junto él.

Frodo pegó un salto y volteó a ver a su primo- No creo, tal vez dormí mal- dijo mientras le pegaba un mordisco a su sanduche de pollo.

-Tal vez- respondió su primo mientras sacaba una manzana de su bolsillo- de todos modos ¿qué haces aquí?- el rubio le robo un poco de su jugo al mayor- Por lo general no vienes al comedor.

-Hoy no tenía nada que hacer o leer- respondió mientras se alzaba de hombros.

-Ajá..- dijo mientras seguía comiendo la fruta, pensaba que le sucedía algo pero no iba a insistir.

El rizado se sentía algo frustrado ya habían transcurrido las clases y no había ni podido acercarse al moreno, soltó un resoplido mientras apoyaba su cabeza en el volante de su carro

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El rizado se sentía algo frustrado ya habían transcurrido las clases y no había ni podido acercarse al moreno, soltó un resoplido mientras apoyaba su cabeza en el volante de su carro.

En ese momento recordó algo que le había dicho el rubio en una ocasión.

-No pierdo nada con intentarlo- se dijo así mismo mientras cogía la mochila de color negro.

El de cabellos oscuros se acercó a unos de los guardias de las habitaciones, tenía un buen porte y estaba ergido de manera majestuosa a la mejor manera de un elfo.

-Disculpe- dijo Frodo una vez estuvo cerca- estoy buscando a uno de los jóvenes que... creo que vive aquí.

El guardia lo miró de manera menos severa- Claro, ¿a quién busca?

-Em a Sam...- Frodo se quedó callado no recordaba su nombre completo- solo Sam.

Aquel elfo de cabello largo alzó una ceja- Okey- Frodo lo miró avergonzado y el joven guardia lo ayudó a encontrar al rubio.

Para su suerte el elfo conocía al rubio así que no le tomó mucho conocer su número de habitación.

Las habitaciones se encontraban algo alejadas de la universidad y eran un conjunto de edificios que con sus tallados y decoraciones asimilaban ser árboles de troncos grises.

Frodo entró en las instalaciones y caminó por sus cálidos pasillos.

Llegó a la habitación 1380 y la observó algo dudoso ¿iba a ser muy extraño si simplemente llegaba y le tocaba la puerta al moreno? Probablemente sí, pero ya era tarde para arrepentirse, tomó un respiro y tocó la puerta.

Esperó unos segundos, escuchó unos ruidos de pasos y la voz suave del rubio preguntó.

-¿Hola?

-Hola... soy Frodo- dijo alzando un poco la voz.

Escuchó como parecía resbalarse y enseguida le abrió la puerta un despeinado Sam.

-Ho-la- dijo algo confundido, al notar la mochila que Frodo cargaba su expresión cambió- cierto- soltó para sí- ¡Ag! lo había olvidado

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-Ho-la- dijo algo confundido, al notar la mochila que Frodo cargaba su expresión cambió- cierto- soltó para sí- ¡Ag! lo había olvidado.

Frodo sonrió- Está bien.

-Pasa, disculpa por tenerte esperando.

-No te preocupes- dijo mientras pasaba algo penoso- no pude conseguir todos los libros que te prometí pero no está mal para empezar.

-Entonces será perfecto- le sonrió mientras ponía los libros sobre su escritorio- muchas gracias.

-No agradezcas- dijo mientras le devolvía la sonrisa- debes tener un buen trabajo para convencerme.

-Yo nunca hago trabajos malos- dijo mientras le daba una mirada retadora.

Frodo empezó a reír a carcajadas haciendo que su cuello quedara expuesto de nuevo- Me gusta tu actitud Sam..

-Sam Gamgee- completo el menor.

-Sí, Sam Gamgee- ambos jóvenes se quedaron mirando- em.. creo que ya debería irme- dijo el castaño rompiendo aquel trance que se había formado al rededor de ambos mientras hacía un ademán con su mano.

Frodo recogió su mochila y estaba por salir cuando Sam preguntó.

-¿No quieres tomar una taza té?- preguntó de repente- digo, por el clima- apenas lo dijo se dió cuenta que era una mala excusa.

-Me encantaría- pero Frodo aceptó.

Después de unos minutos en los que Frodo fue libre de observar la pequeña habitación de paredes cafés en la que resaltaba la cama del menor ya que era la única zona colorida del la habitación, regresó Sam con dos tazas de té.

-Son de toronjil con manzanilla y miel- dijo mientras los dejaba en la mesa.

El castaño se quedó algo perplejo ya que por un momento volvió a sentir que se encontraba en aquel lugar de su sueño- Mi favorito.

Vió en los ojos de Sam un destello algo extraño, casi familiar- ¡Wow! y justo hoy intenté esta mezcla- dijo con una pequeña risa.

Frodo le dió una sonrisa, tomó un sorbo de la mezcla que curiosamente se sentía más abrazador y dulce que de costumbre.

Después de una taza de té que se convirtió en una hora de conversación el castaño tuvo que irse.

-Me encantó que vinieras- dijo Sam en la entrada de su departamento apoyándose en el marco de la puerta- de hecho... podrías venir más seguido- dijo con un leve sonrojo.

-Sería genial- respondió el más alto- ¿Sam?

-¿Sí?

-¿Me darías tu número?- dijo mientras sacaba su celular.

-Claro.


Recuerdo de una canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora