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¡Esto no está bien!

Se lo había prometido a ella misma, nunca más se enredaría con un hombre casado.

Aunque la primera y única vez había sido un error, esta no. Era consciente de ello y no quería ser el sufrimiento de otra mujer.

Por más que sus deseos de ser tomada por Eren girarán en su cabeza y esa maldita vocecita le dijera que no pasaba nada ella no lo haría.

Con todo su pesar subió sus manos al pecho del castaño y lo empujó lejos de sus labios y cuerpo.

Sintió el frío que su cálido y fornido cuerpo dejó.

Levantó la vista para mirar al hombre frente a ella.

—Lo siento Eren, pero esto que acabamos de hacer no está bien y esperemos jamás se vuelva a repetir. Y para estar más segura de que eso suceda solamente me limitaré a tratarte cordialmente, como los compañeros de trabajo que somos.

Desvío la mirada de sus orbes esmeralda que estaban impregnados de una mezcla entre deseo y confusión.

—¿Pero porqué Mikasa? ¿A caso no te gustó? —preguntó con un tono lastimero.

—Aquí lo importante no es si me gustas o no, porque sabemos que es obvio que me atraes y que los dos nos deseamos. Pero en verdad no podemos hacer esto, no por lo que la gente hable de mi, sino que tu reputación está en juego y sobre todo esta tu mujer en medio de todo esto. No la conozco, pero sinceramente no quiero ser la culpable de las lágrimas de otra.

Estaba llorando por la amargura que le causaba esta situación.

—Mikasa, por favor no me hagas esto no nos hagas esto a ambos. Entre Frieda y yo no hay nada ¡Te lo juro! Yo soy un mueble más en esa casa para ella. Yo en verdad me sentía vacío por dentro antes de conocerte.— sé acerco  acunando su pequeño y delicado rostro entre sus manos.

No sabía si creerle o no, pero de lo que estaba segura era que sí no se alejaba de este hombre lo más rápido posible terminaría cayendo ante sus pies.

Quito sus manos de ella —No puedo Eren, en verdad por más que me digas eso o que duermen en camas separadas tu sigues siendo de otra. Así que yo no me interpondre entre ustedes. Mejor trata de arreglar esa situación y se feliz con ella, así que es momento que te vayas de mi hogar.

Estaba perplejo, pensó que Mikasa la dueña de sus pensamientos y deseos estaría dispuesta a tener una relación extramarital con él, sabía que era un imbécil por querer creer que en verdad lo dejaría meterse entre sus bragas.

No iba a negar que le dolía, no el hecho de no poder acostarse con ella, sino, el dejar de hablar cada día.

—Prometo que olvidaremos esto, haré como si esto jamás hubiera sucedido pero por favor sigamos siendo amigos, es lo único que te pido. No te alejes de mí.

La Ackerman aunque dudosa acepto eso, porque era egoísta y tampoco quería privarse de la cercanía de Eren aunque fuera solo como amigos.

Asintió sin mirarlo.

Eren tomó sus llaves y se fue de su departamento dejando un vacío en ella. Pero sabía que era lo mejor, para los tres.









……… •••


Había ido a buscar a su esposo, no por decisión propia sino que su psicólogo le había dejado de “tarea" el hablar con él y tratar de resolver sus problemas aunque si era sincera le daba igual.

Aún no podía perdonar a Eren, porque él dejó morir a su princesa él había autorizado el desconectarla, no pensó en el sufrimiento que le causaría.

Adúltera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora