| Diversión culposa |

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Han pasado meses desde que los dos pequeños hermanos derrotaron al diablo, toda la isla los reconocía como héroes en un principio. Pero con el tiempo, sus quince minutos de fama terminaron y volvieron a la normalidad, las personas los veían y sabían de lo que eran capaces de hacer, pero no dejaban de ser un par de niños a los que no hay que tomarles demasiada importancia. Eran chicos, déjenlos ser chicos.

Lo único que realmente cambió fue que nadie visitaba el casino, por lo que mucha gente dejó de desaparecer y los antiguos deudores siguieron con sus vidas de forma normal, algunos se hicieron amigos de los hermanos, otros, simplemente los saludan de vez en cuando y nada más.

Sin embargo, el hermano mayor no dejaba de pensar en las consecuencias de sus acciones, o bien, en las acciones de su imprudente hermanito. El hecho de haber vencido con sus manos al diablo y a un sujeto que consideraban su lacayo número uno por excelencia era un problema para él, no un logro.

En algunas ocasiones, se preguntó qué sería del casino y de sus empleados. Sólo por curiosidad.

-Cuphead, ¿Adónde se supone que vamos?- Preguntó extrañado- La tienda de Cerdonio queda por allá.

-¡Oh, por favor! ¿En serio vamos a terminar esa cerca hoy? ¿No podemos tomarnos un descanso?- Bufó con molestia, señalando la cerca que casi perdían de vista.

-¡Si, tenemos que hacerlo! Es la tercera vez esta semana que haces estallar la cerca con tus disparos y Don Tetera ya está que hecha humo por ti- Gritó Mugman exasperado, pero su hermano no se inmutó.

-Pues, no me preocupa mucho. Sólo quiero divertirme y yo sé cómo hacer eso- Sonrió Cuphead al ver que su lugar favorito no estaba lejos- ¡Vamos, Mugsy! Una vueltita y ya.

Cuphead miraba con emoción la entrada al carnaval eterno, su amigo Beppi le tenía reservado el asiento de enfrente en su nueva montaña rusa y no podía esperar más tiempo para ir a estrenarla. Miró a su hermano con ojitos brillantes y éste no pudo evitar sentirse mal si le decía que no.

-Está bien, una vueltita y-

Pasaron horas y horas subiendo, bajando, haciendo filas largas y volviendo a subir a ese juego y a más. Ambos disfrutaban al máximo de la feria, sin preocupaciones.

En algún momento tuvieron que separarse, pues Cuphead quería ver a Djimmi para jugar con él, por no decir que iba a ir a molestarlo, mientras Mugman pasaba un rato a solas lejos de su estridente hermanito. A los dos les hacía bien pasar tiempo solos, no siempre eran la uña y mugre que la gente pensaban que eran. Eventualmente, cada uno tenía su interés propio y eso no se lo negaban mutuamente.

Mientras pasaba por los juegos y veía a adultos y a niños jugar y divertirse, empezó a pensar en el diablo y en su lacayo, en cómo los había dejado esa pelea y dónde estarían ahora. Si estaban muertos y se llegaba a enterar, se iba a poner muy triste. Recordaba que King Dice siempre los seguía a todas partes a saber con qué intención, si era para asegurarse de su bienestar o sencillamente para que no huyeran de sus deberes, igual era simpático. Por otra parte, el diablo solía ser protagonista de sus pesadillas, pero al conocerlo a fondo, cuando pelearon en el infierno y lo vio lloriquear como un bebé, se sintió muy mal, dejó de tenerle miedo para tenerle simpatía.

Casi llegando al final de la feria, detuvo en seco su andar, cuando dos ojos azabaches se le cruzaron y lo miraron directamente. Ahí estaba, el rostro de Mugman y el contrario quedaron con una expresión de sorpresa neutra, sin mover un músculo. Sólo estaban ahí, esperando a que alguno hiciera algo y rápido.

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[Algunas semanas antes...]

El plan principal se empezó a llevar a cabo. Los preparativos en el Inframundo estaban casi listos y el abandonado lugar que Dice compró se puso a funcionar gracias a sus esfuerzos. El diablo lo ayudó a decorarlo de manera que el edificio parecía, o en todo caso, ya era, un bar con dos escenarios grandes, una sección de juegos como billar y dardos, y un espacio considerable para poner varias mesas y que el lugar pudiese llenarse de pobres personas inocentes.

| The Die House | [•King Dice•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora