14. Llamada

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• Tw: Mención ligera al alcohol.
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Bajamos de nuevo y de la mano a la sala de estar.

—¿Que te apetece de cenar? Puedo hacer algo o llamar a algún restaurante.

—Hm... ¿tienes ramen instantáneo?

Extrañada, asentí y fuimos juntos a la cocina. Le enseñé los dos paquetes de ramen de pollo que tenía.

—¿Me dejas hacerlo a mí?

—¿También sabes cocinar?

—Bueno, puedo hacer alguna cosa, además esto es muy fácil—rio remangándose.

—Hmm, está bien —sonreí—. Dime que necesitas y te lo voy dando.

Él asintió.

Una cazuela, especias, los paquetes de ramen, huevos, un par de cuencos y dos pares de palillos, más diez minutos, y el chico ya había hecho la cena.

—¿Cómo es posible que unos fideos instantáneos estén tan buenos?

Suga rio halagado, mientras terminaba de tragar y contestó.

—Toda la magia está en las especias.

—Me lo apuntaré entonces —sonreí mirando sorprendida mi cuenco ya vacío.

—Buf, que calor —el chico comenzó a desabrocharse los dos primeros botones de la camisa desajustándose antes la corbata azul oscura que llevaba, haciendo que los cuellos de la prenda cayeran y mostraran parte de sus clavículas.

Me puse nerviosa; sentía la sangre caliente en mi cara como si tuviera nueve años y me acabaran de pillar con una chocolatina en la mano. Que tonta.

—Eh... ¿quieres que abra las ventanas? —conseguí articular, pasando una servilleta por mis labios para mantenerme algo ocupada mediante la acción.

—No no, gracias —sonrió.

Me ayudó a recoger la cocina y nos sentamos uno al lado del otro en el sofá, con unos centímetros largos de separación entre nosotros. El ambiente estaba algo tenso, pero tampoco de la tensión mala.

—¿Quieres tomar algo? Creo que hay por ahí unas cervezas.

—No suena mal —sonó algo pensativo, pero un segundo después me miró con algo de picardía en los ojos.

Cogí un par de latas y me dirigí al salón.
El chico cogió la lata para dar un trago rápidamente.

—¿Quieres jugar a algo con cartas?

—Hmm... está bien.

Jugamos a un juego tradicional, al que no tardó en ganarme.

—Oye (t/n), serás muy buena en los deportes pero esto no es lo tuyo —rio.

—¡Suga! No hace falta que seas *tan* sincero.

—Bueno bueno, ¿y qué me llevo por ganar?

—Hmm... ¿que quieres? —sonreí acercándome un poco a él.

—¿Qué ofreces? —mi cabeza lo interpretó como una señal para hacer un movimiento en la situación, supongo que gracias a su tono pícaro y su sonrisa con ojos entrecerrados.

—Un vaso de agua y un beso en la mejilla, ¿lo tomas o lo dejas? —nada más soltar eso miré hacia otro lado, avergonzada.

—Que sean dos de cada —rio levemente el chico.
Nuestras miradas conectaron.

—¿No crees que pides demasiado? —le seguí el juego con el mismo tono.

—Ha sido una victoria bastante contundente guapa.

Café (Sugawara Koshi x fem!reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora