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𝐋𝐨𝐜𝐨𝐬 𝐨𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢𝐯𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐨𝐫
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𝙴𝚜𝚝𝚊𝚛é 𝚌𝚘𝚗𝚝𝚒𝚐𝚘, 𝚝ú 𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚎𝚕 á𝚗𝚐𝚎𝚕 𝚚𝚞𝚎 𝚗𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚘 𝚖𝚊𝚝𝚊𝚛.❦
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Los personajes no son de mi autoridad, pertenecen a s...
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35 ╔════ ≪ •❈• ≫ ════╗ Hasta el final ╚════ ≪ •❈• ≫ ════╝ ◆ ▬▬▬▬▬▬ ❴✪❵ ▬▬▬▬▬▬ ◆
Despues de la destrucción del clan kurta a manos de la ryodan dos chispas de esperanza quedaron dentro de aquellos escombros provocados por el ataque. Lo último del clan. Un joven de 12 años de cabellera rubia de nombre kurapika siendo abrazado con temor por una jovencita de no mas de 10 años llamada (t/n). Ambos visualizaban su pueblo, su antes hogar, mirando los cuerpos con rostros ensangrentados de sus familiares y amigos sin algo importante...aquello que mas caracterizaba, sus ojos. En todos los cadáveres que miraban tenían en común eso. El ataque al clan era evidente. Simplemente querían sus ojos como parte de una macabra y sádica colección. Caminaron unos pasos más, frente a ellos destacaba algo, el cadáver de una mujer muy amada por la chica, su madre. El cuerpo se encontraba con el rostro ensangrentado y una mueca de pánico sin sus bellos ojos carmín, aquello hizo que la joven no pudiera más y callera en llanto, soltando en el proceso el delgado cuerpo de su amigo, quien la mantenía el pie hasta ese momento, aquello le estaba quemando el alma. Kurapika por su parte solo pudo agacharse y abrazar a su amiga, tratando de consolarla con las pocas fuerzas que ke quedaban, aunque el también era débil en ese momento prefirió priorizarla, el miedo y el pánico de ahora ser cazados era menor a la rabia y la tristeza que se encargaban en ambos corazones, la venganza comenzó a ser una opción viable en uno de estos, la araña había creado un nuevo enemigo.
Los años pasaron y los jóvenes se fortalecieron tanto mentalmente como físicamente, dos pequeñas almas manchadas aquel fatídico día ahora solo era un recuerdo que manchaba con sangre su futuro, ahora presente con la edad de 17 y 15 años. El kuruta mayor estaba dispuesto a pecar en nombre de su clan a diferencia de la kurata menor la cual los años que paso en luto prefirió progresar y enfrentar el trauma de raíz, una vida pacifista es lo que deseaba en nombre de sus padres. A su corta edad parecía la mas calificada mentalmente hablando, prefería la paz y reformar el clan en honor a su difunta madre que pelear y quizás en una horrible batalla perder la memoria de sus seres queridos y perder el último rastro de aquel clan maldito de la faz de la tierra. El rubio entendía su pensar pero no se retractaría ante algo que prometió frente a sus amigos y hermanos ya fallecidos.
Aun con sus metas distintas decidieron quedarse juntos y estar siempre al lado del otro como último recuerdo del clan viviendo en una misma casa. Su amistad creció con el tiempo, especialmente un sentimiento que crecía con cada día que pasaba dentro del corazón del chico el cual por el dolor ese amor se convirtió en una pequeña obsesión. Su tiempo viviendo juntos podría ser bastante tranquilo asta que llegaban los días en los que un chico irrumpía en el hogar de los kuruta tratando de hacer una amistad con la pequeña, estas visitas hacían que todo se pusiera tenso, aunque trataba de esconderlo las muecas y el constante mirar qué kurapika dedicaba al chico ponía nerviosa a la chica, tanto así que prefería sacar al pobre muchacho a patadas de su hogar. En el fondo le dolía ya que solo miraba buenas intensiones en aquel tipo, pero para ser franca evitaba a toda costa poner de mal humor a su amigo casi hermano, especialmente ahora que dentro de unos días se iría a realizar el examen del cazador y obviamente estaría preocupado por su seguridad y bienestar. La excusa para sacar lejos a cualquier persona que pusiera un pie cercas de su linda casa era decir "quizás es la araña tratando de emboscarnos".