―Tengo una buena noticia y una mala noticia ―anunció Isaac al entrar a la oficina de Julian.
―La mala es que sigues entrando a mi oficina sin tocar ―bromeó el vizconde al apartar la mirada de los documentos que había estado leyendo. Apuntó a su acompañante con la barbilla―. Disculpa, tiene esa incorregible costumbre.
Brianna Stanhope, la única hija del conde de Arathorn, se dio vuelta en la silla y saludó a Isaac con una sonrisa escueta, casi forzada.
―Disculpe. ―Isaac inclinó la cabeza―. ¿Puedo ofrecerle algo, señorita Stanhope?
―No, gracias. ―Devolvió su atención a Julian.
El vizconde enserió su expresión, visiblemente molesto con la actitud fría con la que le había dado la espalda a Isaac. Él, entretanto, ni se inmutó. Estaba más que acostumbrado al desplante de los nobles y Brianna no era la excepción.
A decir verdad, aunque hubiese formado parte del círculo social de los trillizos y William, Brianna y Isaac jamás habían logrado congeniar. No era por la forma en que solía jugar con su largo cabello rubio para ignorarlo o la manera en que le daba la espalda para dejarlo con la palabra en la boca.
No. No habían logrado congeniar por el modo tan frío y distante con el que había zanjado el interés que Julian sentía por ella. No era de extrañar que el vizconde ya no tuviera sentimientos por ella. Le preocupaba que la visita inesperada ―sin contar la reunión en el juego de golf que se había hecho pública por el artículo de Carmichael― le despertara viejos sentimientos.
―Brianna ha venido a inscribirse al club ―anunció Julian.
Isaac asintió.
―Deberá hablar con el representante de membresías.
Briana volteó y reposó el brazo sobre el espaldar de la silla.
―¿No podrías hacerlo tú? Julian me dijo que eras el asistente de administración.
Isaac le concedió una falsa sonrisa que no se molestó en disfrazar.
―Sí, pero no estoy a cargo de las membresías, solo del área administrativa.
―Pero supongo que podrías pedirle al representante que me haga la membresía, ¿no es así?
Isaac puso los ojos en blanco, incapaz de ocultar lo fastidiado que se sentía con su actitud. Le echó una mirada de advertencia a Julian y este, con una sonrisa burlona, dijo:
―Yo le pediré al representante que haga el papeleo, Brianna, no te preocupes.
Brianna miró a Isaac de soslayo antes de devolver su atención a Julian. Isaac hizo una mueca de descontento que provocó una carcajada en el vizconde, quien tosió para disimular.
―Entonces, ¿cuáles son las noticias?
Isaac intentó sonreír, aunque el exótico perfume de Brianna ―demasiado primaveral para su gusto―, le arrugó la nariz.
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Sedúceme otra vez (Serie Herederos 2)
RomanceSegunda novela de la serie «Herederos». Derivada de «Un príncipe en apuros». El primer amor no siempre está destinado a durar, aunque así lo crea Olive, la cuarta en la línea de sucesión al trono de Reino Unido. Si Isasc quiere recuperar su futuro...