Capitulo 7: Ayuda

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Samuel decidió intervenir y ayudar a Gonzalo al verle en ese estado, aunque no quería confesar a sí mismo, llegaba sentir mucho cariño hacia ese chico que era el hijo de su gran amor.

Ambos estaban sentados en su oficina más de dos horas, él trataba sacar algo del chico, pero era imposible.

-No quiero hablar, solamente quiero irme de aquí – decía

-No tenemos que hablar sobre lo que te pasa, podemos hablar de cualquier cosa.

Gonzalo se confunde, de un día a otro, Samuel, como si quería ser su amigo y no el tipo malo de la película.

- ¿Qué debería hacer para que una chica se fija en mí? ¿Qué es lo que estoy haciendo mal?

-Estás preguntando a persona equivocada, no tengo fama con mujeres, de hecho... tu mamá me rompió el corazón.

- ¿Mi mamá?

Gonzalo se sorprende al oír eso.

-Claro, es otra cosa que me escondió – susurra Gonzalo

-Lo siento mucho, quiero ser sincero contigo.

-Gracias por eso.

Al seguir hablando con Samuel, Gonzalo se estaba calmando un poco, hasta se olvidaba la mayor razón de estar borracho todo el día.

-Jamás pensé que íbamos a tener más de una cosa en común – bromea Gonzalo

-Mira, Gonzalo... si yo no hubiera estado aquí hoy te hubieras metido en problemas, ¿lo sabías?

-Por favor, mi mamá lo hubiera arreglado, como siempre.

Samuel asintió con cabeza, jamás imaginaba que la rubia se había convertido en Teo.

-El año pasado hice muchas cosas que estaban en contra de las reglas del colegio, lo hice a propósito porque quería largarme de este colegio, quería que me expulsaran... pero, mi mamá lo arreglo todo en menos de un minuto.

-Entiendo...

-Pero ahora no quiero irme.

- ¿Por qué?

-Porque me enamore y sería un tonto si decido irme de aquí, ¿no?

Guzmán entra en la oficina muy intranquilo al descubrir que paso con Gonzalo.

- ¿Samuel?

-Todo está bien, Guzmán.

- ¿Qué paso?

-Ya te puedes ir, Gonzalo – decía Samuel

Gonzalo se levanta de la silla, ofreciéndole la mano de paz a Samuel, quien lo acepta.

-Muchas gracias por escucharme, profe – decía dándole un abrazo

Gonzalo sale de la oficina cruzándose con Sofía, quien estaba parada al lado de la pared.

-No estoy expulsado, lamentablemente – decía Gonzalo al seguir camino hacia salida del colegio

Ella le sigue, cuando por fin logra tomarle por el brazo él le mira en los ojos tratando fingir ser frío.

-No hagas esto, no creas esta barrera entre nosotros.

-De eso te habías encargado tú, preciosa.

Ella le empuja, muy molesta.

-Yo te quiero de verdad – susurra Sofía

Él niega con cabeza y sale del colegio, en cuanto dio vuelta tenía ojos llenos de lágrimas.
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Foto: Gonzalo

Elite: 18 años despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora