ADAM
Una luz intensa me despierta.
Estoy en medio de un campo de césped negro.
Tengo la vista nublosa pero aquello no dura mucho.
Miro a mi alrededor y solamente puedo ver oscuridad, así que empiezo a caminar sin saber qué pasará. Noto como poco a poco un peso se va colocando sobre mi espalda, haciendo que mi espalda se flexione cada vez más hasta que mis rodillas no pueden más y caen sobre el césped. Con las manos toco el suelo y me doy cuenta de que justamente en el lugar en el que he caído hay un gran charco de algún líquido que no tardaré en saber qué es. Me llevo la mano a la boca y el sabor a hierro no tarda en inundar todos mis sentidos.
Sangre.
Levanto la mirada y veo que enfrente mía hay una chica. La joven está sentada con el brazo izquierdo extendido sobre su pierna y en la mano derecha lleva algo. Me fijo mejor en aquel objeto afilado.
Una cuchilla.
Intento levantarme para poder ayudarla, pero mis piernas no responden. Subo la mirada hacia el rostro de la joven y al instante la reconozco.
Mia.
Quiero gritarle que no lo haga, que aquello no es lo correcto, pero, al igual que mis piernas, mi boca tampoco responde.
Ninguna parte de mi cuerpo tiene movilidad.
La cuchilla cada vez está más cerca de la piel y cuando justo va a hacer contacto con el débil tejido aparto la vista durante unos minutos. Cuando vuelvo a mirar Mia ya no está allí conmigo. Intento ponerme de pie, pero unas voces me paran. Escucho gritos de dolor y algunas palabras como "te odio Adam" o "esto es por tu culpa". Cuando aquel horror para por fin puedo moverme. Apoyo mis manos sobre el césped que de repente se había secado, sin dejar ningún tipo de rastro de aquel líquido rojo, y me levanto, pero justo cuando voy a volver a caminar el suelo se rompe y yo caigo al vacío.
Un último grito y fin.
Sudor...
Corazón alterado...
Manos temblorosas...
La peor pesadilla que he tenido nunca.
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Mariposas (Parte 1) ✅
Teen FictionMia Dukas era mi mejor amiga. Acabó con su vida de un día para otro sin avisar, cosa que me dejó muy afectado y sin motivos para seguir aquí. En mi mente no paran de rondar las mismas preguntas: ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué no me dijo nada? ¿Por qué n...