-Capítulo 6-

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THOMAS

Un año antes de conocer a Adam...

-¿Thomas?

-¿Si?

Mi madre abre la puerta y asoma la cabeza, esperando que le dé permiso para entrar.

-¿Puedo entrar?

-Claro.

Se coloca a mi lado y se agacha para quedar a mi altura, ya que yo estaba sentado estudiando.

-¿Qué tal vas con el examen? Ya sabes que tienes que sacar la máxima nota...

-Lo sé mamá, déjame una hora más. Me quedan dos hojas y estaré preparado para mañana.

-Vale, cuando acabes baja a la cocina y come algo. Te dejaré una sopa por si te apetece.

-Vale.

Mi madre sale de mi habitación y yo sigo estudiando.

Desde pequeño he sacado muy buenas notas, siempre la máxima nota posible. Conforme crecí fui estudiando más y más para nunca decepcionar a mis padres. Cada vez los temas eran más difíciles y ellos me exigían más y más. 

He llegado a un punto en el que realmente me da igual estudiar más o menos, ya que he adoptado una técnica de estudio bastante buena y con tan sólo saber lo que va a salir en el examen puedo sacar una nota perfecta, pero siento que poco a poco me voy cansando de tener que ser siempre el perfecto de clase, soy persona, tengo defectos, y no creo que los pueda estar ocultando mucho más.

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7am. Tengo que ir a un aula en la que todos mis compañeros visten de la misma manera, en la que obviamente yo destaco. Finjo una sonrisa para evitar que la gente me pregunte. Tengo ansiedad social. Voy con grupos de gente en los que no me siento cómodo, pero voy con ese grupo porque no me queda otra opción. Tengo miedo a quedarme solo, de perder a todos. Tengo que estar aguantando a personas falsas para que cuando en clase digan de hacer grupos para trabajos no quedarme solo. Llego a casa y pienso que voy a tener que aguantar exactamente lo mismo día tras día. Me acuerdo de que tengo que hacer tareas y estudiar para un examen que me va a hundir la existencia hasta que entregue el dichoso papel y diga "pues no ha sido para tanto".

Sentir todo esto es una mierda, pero eh, tú sigue yendo a clase, saca buenas notas y pon buena cara, porque de eso se trata, de tener un buen futuro cueste lo que cueste. No pasa nada si tu estabilidad emocional está por los suelos. No pasa nada si tienes ansiedad, depresión, si tienes pensamientos suicidas por culpa de la presión social. Tú tienes que ser perfecto. Da igual si sufres cada vez que tienes que hablar con alguien por miedo a decir algo fuera de lugar o a mostrarte tal y como eres y que no te acepten. Lo importante es tener un futuro exitoso, aún que eso te cueste la vida.

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Ya han pasado cuatro horas desde que he entrado al aula. Ahora mismo estoy en el examen. El último examen. Hace rato que lo he acabado, pero esta media hora que me queda la estoy utilizando para repasar, nunca viene mal mirar las preguntas con sus respectivas respuestas. Nadie más de los que están en la sala han acabado, solamente yo.

-Thomas, ¿has acabado ya?

Creo que la profesora se ha dado cuenta de que he acabado.
Levanto la cabeza del papel y la miro.

Es una señora de unos setenta años, una de las mejores maestras de historia que he tenido en mucho tiempo.

-Sí, ¿se lo puedo entregar ya?

-Claro. Déjamelo aquí.

Señala un montón de hojas que tiene encima de su mesa. Me levanto silenciosamente para no molestar a nadie y me acerco a la mesa para dejar el examen. Al volver a sentarme noto cómo alguien me está mirando fijamente. Es esa sensación que sientes cuando sabes que hay alguien observándote.

Me giro para buscar esos ojos que están clavados en mí y no tardo en ver quien me está mirando.

Jadeen, uno de los "malotes" del instituto. Lleva metiéndose conmigo desde que nos juntaron en la misma clase, de eso hace ya tres años. Me molesta por sacar buenas notas, supongo que será por envidia y celos, pero ya me ha cansado y tengo claro que como me haga algo no dudaré en darle su merecido.

-¡Thomas ha copiado!

Jadeen capta la atención de la profesora, la cual levanta la cabeza del libro que estaba leyendo. Pone cara de extrañeza, arrugando las cejas y cerrando sutilmente los ojos. Se gira a mirarme y me pregunta.

-¿Es eso verdad?

-No, claro que no. ¿Cómo voy a copiar? Usted sabe que yo nunca haría eso...

-No mientas nerd, todos sabemos que sacas esas notas gracias a tus trampas y que utilizas la tapadera de ser un chico estudioso y aplicado para que nadie sospeche de ti.

Jadeen se levanta de su sitio y se acerca amenazante hacia mí. Cuando ya está delante mía me agarra las gafas y, tras tirarlas al suelo, las pisa con rabia.

-Estas gafas ya no te sirven para nada.

Me levanto sin dudar ni un segundo y me coloco frente a frente con el que había sido el protagonista de mis pesadillas hasta aquel momento.

-Uy, cuidadito, que se revela el tonto este...

Le doy un golpe en la barriga que hace que retroceda unos pasos hacia atrás.

-¡Parad!

La profesora se levanta y se coloca entre nosotros para parar la pelea.

-¿Estáis locos? ¡Los dos a dirección! ¡Ya!

Agacho la cabeza y veo mis gafas rotas. Nunca más me pondré gafas.

No estoy contento con lo que ha pasado, pero para nada estoy arrepentido. Suerte que nos ha separado la profesora, porque yo habría seguido hasta dejarlo en el suelo muerto de dolor.

Camino hacia la puerta para ir a la sala del director y esperar un castigo, pero antes de salir la profesora nos dice algo.

-Ah, y que sepáis que estáis suspendidos los dos.

Si eso me lo hubieran dicho hace unos años, probablemente me habría derrumbado, pero en estos momentos sólo quiero desaparecer de este lugar y ver que me depara el futuro.

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Después de aquello ya nadie me dice nada, siento que al desafiar al que tanto daño ha hecho, no sólo a mí, me ha dado algún tipo de inmunidad. 

Ya nadie me volverá a molestar, pero yo ya no soy el mismo.

Mariposas (Parte 1) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora