Parte 12

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Lo primero que hice fue mirar el techo, algo no cuadraba.

Me senté y ví mi entorno.

Estaba en el taller de Tony.

Asustado me levanté de golpe tirando mi libro de bocetos. Al parecer me había quedado dormido en el sillón del taller.

Agarré la libreta y me sentí nostálgico. Había muchos bocetos de la cara de Tony mientras hacía sus actividades. Tal como en aquel entonces cuando lo acompañaba en sus noches de desvelo.

-¿Todo bien soldado?- volteé rápidamente encontrando a Tony, mi Tony -. Pareciera que viste a mi padre.

-Tony...- fue lo único que pude articular, el vestía mi camisa de AC/DC con la que me había acostado y sus boxers.

Una enorme decepción creció en mi pecho.

Esto era un sueño.

-Hey Steve, ¿Todo bien cariño? -

Sus manos tocaron mi rostro y el suyo reflejó preocupación.

-Si, sólo tuve un mal sueño- dije pasando mi mano en su cabello, se ve igual de hermoso que el real.

-Oh, ¿entonces sólo un mal sueño?-

-¿Si?- dije confundido

-¿Acaso no fue para buscarme y retomar lo de esta mañana?- sonrió coqueto mientras rodeaba mi cuello con sus manos y su aroma inundaba mis sentidos.

- Tony...- un beso no me dejó decir más.

Lo agarré de la cintura dispuesto a perderme entre sus labios, no importa que sea un sueño.

Pegué nuestros cuerpos mientras escuchaba su hermoso ronroneo.

Él me guío lentamente hacia atrás y sin romper nuestro beso me hizo caer junto con él en el sofá.

Abracé su cuerpo y sentí como sus piernas se enredaban con las mías teniendo roces "accidentales" entre nuestros miembros.

-Tony, los cachorros- dije pensando que alguno entraría como anteriormente había pasado con Andrew -. Pueden entrar.

-Tranquilo fortachón, me aseguré que tengan actividades fuera de la casa por las siguientes 5 horas- continuó besándome y retirando mi camisa - además, ambos dijimos que Mary necesita otra princesa en esta familia ¿No es así? -.

Algo hizo clic ahí.

Antes de todo, ambos habíamos decidido tener otro cachorro con la esperanza de que fuera una hermosa niña antes de cerrar las puertas de nuestra fábrica.

Esto no es un sueño, este es un recuerdo.

-Así que, ¿Qué tal si le cumplimos su capricho a nuestra niña capitán?-

-¿Capitán? - sonreí, él solo me llamaba así cuando estábamos en el trabajo o cuando hacíamos el amor (aunque fuera igualmente en el trabajo) -

- O prefieres que te diga, ¿Tío Steve?-

-Tony, no. -

-Tony sí -

Eso es tan malo que al mismo tiempo es tan excitante y no puedo negarme a nada cuando lo hace.

Siempre que lo hace no logro contenerme y es la razón por la que tenemos 6 hijos y dos de ellos gemelos.

Perdóname Howard.

Se sentó encima de mi pelvis y se quitó mi camisa.

¡Dios! Cómo extrañaba verlo y Tony aprovecha para hacer círculos con su cadera mientras roza su perfecto trasero con mi entrepierna.

Destinados divorciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora