Destinados divorciados

Parte 26 2/3

Lo volví a leer para correcciones y puedo decir que: "jaja si me la mamé"

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Las últimas gotas de la lluvia comenzaban a caer, se escuchaban por los restos del ventanal que estaban sobre el piso. Mi Tony hace unos minutos había caído dormido en mi pecho y yo velaba por su sueño.

Entre la tranquilidad de la noche y la serenidad que sentía ahora por estar completo la duda surgió.

Si ambos no soportamos la distancia y nos buscamos justo antes de entrar en celo... ¿Cómo sobrevivimos al pasado Estro?

Nath había dicho algo al respecto, incluso recuerdo que en Wakanda, (faltando días de ese celo) los chicos y yo investigamos sobre los destinados distanciados, sin embargo cada que preguntamos a los Wakanianos me miraban con tristeza y algunos sólo se limitaban en expresar el dolor en sus rostros por sólo mencionarlo.

Incluso la hermana del rey T'challa: Shuri, había dicho que no había ningún registro de supervivencia al acontecimiento y que ellos jamás comenzarán incluso el pensar en experimentarlo.

Durante ese celo tenía flashes de Tony en la habitación pero no estoy seguro de ello. No sabía si era por mi agonía y la de mi lobo al no tener a nuestro omega que mi mente creó ilusiones de él.

A menos que...

La lengua de mi Omega pasando por mi marca nos alteró a mi Alpha y a mí en tan solo un segundo. Las hormonas de ambos se dispararon por su acción.

-Steven Grant Rogers, ¿Estás listo para tu castigo?- de un momento a otro Tony estaba sentado sobre mí con los destellos de lujuria adornando sus ojos.

Sólo había una razón: nuestro estro ha comenzado oficialmente.

-Aceptaré cualquiera de tus castigos mi Omega - por alguna razón la emoción aumentaba.

-¿Y qué propones para que yo sea piadoso contigo?- dijo juguetón.

-Juro no volver a separarme de tí y de mi manada- su mirada seguía fija en mí esperando algo más- y juro llevar justicia a quien intente dañarla-. Mi Omega ensanchó su sonrisa y ronroneó gustoso.

Lo tomé de su rostro y me acerqué a sellar nuestro pacto con un beso donde nos comunicamos más de lo que hubiéramos hecho con las palabras.

No sé cómo pude sobrevivir sin este irresistible aroma a Café con canela.

Acaricié su cintura sin dejar de atacar sus labios, mi Omega correspondió rodeándome con sus piernas y comenzando a hacer fricción entre nuestras entrepiernas.

Solté un gruñido de satisfacción que por alguna razón le pareció divertido a Tony por lo que lo hizo con más fuerza para provocarme.

Mis manos viajaron a su espalda y mi boca a su garganta mordiendo levemente. Él guío mis manos hasta su trasero y ahí fué dónde perdí mi paciencia.

Lo estruje como todo este tiempo quise, separé sus glúteos y simulé embestidas mientras acariciaba su entrada sobre la ropa.

Tony por su parte, juguetón y deseoso de algo más que solo besos y caricias, me tomó del cabello de mi nuca e hizo que levantara un poco mi cabeza.

-¿Listo soldado?- su rostro travieso era único.

-Podría hacer esto todo el día- dije continuando con su diversión.