Parte 26 1/3

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Chic@s... tuve un pésimo mes y no tenía ganas ni de levantarme por mucho tiempo...

Pero muchas gracias por seguir apoyando esta "pequeña" historia ante toda calamidad.

Por ello cambié unas cosillas e hice más interesante esto <3 <3

De verdad gracias <3


pd: si ven una mala ortografía es porque no he dormido y estoy subiendo esto muy, muy tarde...


(ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚*:・゚*:・゚*:・*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚*:・゚✍(◕‿◕)


-S-steve...- escuché por el teléfono el gemido de mi Omega - te necesito.

El calor incrementó al segundo de escuchar a mi Omega. No creo que pueda estar lejos en nuestro estro de nuevo.

-Ve por él - dijo la voz de mi Lobo- es nuestro Omega, necesitamos atenderlo.

-Tony- susurré. Mi mente me repite que vaya con él una y otra vez, que busque su calor, sus caricias, que bese su rostro, su cuello y lo haga mío de una vez- iré por tí cariño.

Él volvió a gemir, mi Lobo ahora me rasguñaba internamente y la habitación se comenzaba a sentir sofocante.

-Tony, amor mío iré por tí- dije, no importa quien haya dicho que debemos estar separados, necesitamos estar juntos - déjame ir a tu lado- le imploré que me dejara ir con él.

-Steve-e -su voz hizo que me parara y comenzar a vestirme lo más pronto posible –NO- dijo de pronto y colgó.

Duré minutos asimilando su respuesta: "no"

-¿Qué?- dije con el aparato aún en mi oreja y un entumecimiento se estableció en todo mi cuerpo.

Rechazo.

Mi Omega rechazó mi compañía.

Mi lobo comenzó a aullar y yo rugí en desesperación. Las lágrimas amenazaban salir de mis ojos y la distorsión en mi rostro reflejaba toda la tristeza.

Esto no puede estar pasando, mi Tony no me quiere... no me necesita... no me ama...

NO!- mi interior volvió a gritar- ¡VE CON ÉL!

Es verdad, tengo que ir con él. Tengo que escuchar de sus propios labios que no quiere mi presencia.

Si esos son sus deseos, haré lo que él me diga. Solo necesito escucharlo en persona.

Ahora todo es irrelevante, no importa que estuviera descalzo, que haya una tormenta afuera y que haya gente no nos quiera juntos.

Solo importa mi Omega.

Un estruendo suena justo antes de salir por la puerta de la habitación y mis sentidos se ponen alerta ante la amenaza.

-Ya estoy aquí- Dijo con su voz robótica.

La ventana estaba hecha pedazos y el viento junto con algunas gotas de agua se colaban en la habitación mientras la armadura se ponía erguida.

-¿Tony?- pregunté confundido.

-Estoy aquí Beloved- dijo cuando la máscara reveló su rostro con algunas ojeras y la barba algo crecida. No puedo dejar de ver lo hermoso que aún se ve.

Tony avanzó unos cuantos pasos acercándose a mí, mientras que al mismo tiempo se deshacía de su armadura.

Me rendí ante los primeros indicios de su aroma y avancé la distancia que nos separaba, tomé su rostro y lo besé..

Tony me rodeó con un brazo y profundizó nuestro contacto.

¡Dioses es mi Tony!

Intenté cargar a mi omega para llevarlo a la cama, sin embargo hasta ahora noté la enorme bolsa que venía cargando con recelo en su otro brazo.

-¿Qué es...- le quise preguntar algo pero sus besos no me dejaron y tampoco volví a insistirle. Eso puede esperar.

Volví a seguir el camino hacia la cama, su aroma ahora me estaba invadiendo y mis sentidos comenzaban a colapsar.

Besé sus labios, sus pestañas, sus cejas, su nariz, su mentón, sus pequeños lunares que apenas y se notaban en sus mejillas y me dirigí a su cuello e hice algo que en todos estos meses anhelé hacer.

Lamí su deteriorada marca y como si regresamos de un transe y volvieramos a respirar, el débil lazo resurgió entre nosotros. Reconocí que un enorme peso se quitó de nuestros hombros hasta que el choque de sus emociones entró en mi sistema.

Tony comenzó a llorar, probablemente él también ya sienta mis emociones.

-¿Tony? ¿Estás bien cariño?- lo acerqué a mi cuerpo y lo abracé mientras él ocultaba inútilmente sus lágrimas con su brazo. Sus feromonas se detuvieron y su cuerpo comenzó a temblar.

-¡Alpha estúpido!- gritó y me abofeteó sin dejar de llorar- ¡Eres un imbécil! ¡No te mereces nada de esto!- dijo para seguir con los golpes.

-Lo soy- dije lo más arrepentido que pude (inclusive por medio del lazo) mientras mi Omega golpeaba mi pecho repetidamente. Mi Lobo se mantenía firme y dispuesto a recibir el castigo que nuestro Omega nos dicte.

-¡No eres nada sin mí! ¿Entiendes Alpha de mierda?- Dijo mientras buscaba un punto débil del cuál atacar y sus lágrimas no dejaban de caer por sus rosadas mejillas.

-No soy nada sin tí - repetí. El siguió golpeándome en todas partes de mi cuerpo con la primera almohada que encontró.

-¡De ahora en adelante dejarás de tomar decisiones sin consultarme primero!- dijo volviéndome a abofetear.

-Estoy completamente de acuerdo- dije aún firme y sincero.

-Yo me haré cargo de todo y tú solo servirás para asentir y brindar la protección que nuestra manada merece ¿Entendido?- dictaminó sin titubear.

-No hay mejor manera que hacerlo el resto de mi vida-

-y... - su rostro se acercó a mi cuello, inhalando mi aroma y restregandose en él. Aún temblando se alejó un poco, me miró con sus ojos rojos y acuosos- jamás me dejaras nuevamente...

-Prefiero ser un prisionero y ser merecedor de una muerte en desgracia a volver a estar lejos de tus brazos shellhead - me acerqué a besarle nuevamente y borrarle ese camino que dejaban sus lágrimas en sus obscuras mejillas pero él volvió a esconderse entre mi cuello.

Mi Omega no se movió por un largo rato, sé por medio del lazo que estaba debatiéndose si era lo mejor que yo volviera a su vida. Es de esperarse con todo el daño que cause al irme y mi imaginación me atormentaba con escenarios que Tony hubiese pasado sólo.

Nath me instruyó en algunos hechos pero sé que aún hay algo más. Aún no estamos en buenos términos con Fury y sé que nos está vigilando por no tener su confianza completa.

Buck y Clint no pudieron regresar al cien por ciento de sus actividades originales ya que los degradaron de puestos.

A todos nos mantienen aún en sospecha y no sólo en Shield, si no el gobierno de los Estados Unidos y organizaciones más grandes con el poder de este país.

-Lo sien- sus cálidos dedos tomaron lugar sobre mi boca impidiendo mi disculpa.

-No lo digas- dijo sin despegar su rostro de mi cuello-... Por favor.

Su miedo lo podía sentir, miedo a algo que él únicamente sabe. En estos momentos desearía que por nuestro lazo también pudiera leer su mente, sin embargo me dediqué a transmitirle toda la paz que pude.

-Estás a salvo Tony, ya nadie podrá hacernos daño- le susurré. Mi castaño asintió pero el llanto lo dominó.

Comencé a acariciarlo y consolarlo hasta que se desahogara.

-Estoy aquí- le dí un beso en su cabellera castaña mientras soltaba el aroma que necesitaba pero la culpa aún no se desvanecía.

Destinados divorciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora