Capítulo 13

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-La confianza es la clave para mantener cualquier relación y yo... demostré que no la tengo

-¿Cómo?

-En lugar de escuchar... me fui-dijo con la mirada perdida- Abrí mi bocota, escupí idioteces y me marche-sacudió la cabeza afirmando el agarre en la cálida mano-No merezco tu perdón

-¿Puedes callarte, por favor?

Hyungwon asintió luego de suspirar.

-Tienes dieciséis años asumo que no tienes una gran lista de exparejas. Todos cometemos errores pero solo pocos decidimos aprender de ellos...si yo te perdone es porque no veo necesario hacer un problema mayor. Los dos nos equivocamos, tu con desconfianza y yo por confiar demasiado en ella

-No me creerías si te digo mi lista-dijo con una sonrisa

-¿Tuviste muchas?

El pelinegro detuvo su caminar entrecerrando los ojos recordando a sus "parejas", no eran la gran cosa pero debía tomarlo en cuenta.

-Solo fueron tres. Nada importante- dijo encogiéndose de hombros-dos de ellos fueron novios de mentira y el que creí mi primer amor

-¿N-novios de mentira?

-Si-rio jalando al mayor para que no se quedara atrás-Hijos de políticos a los que mi padre buscaba agradarles. Tenía como seis u ocho años cuando me obligaba a jugar con los niños. Frecuentaba a esos dos pero en general eran como cinco...no recuerdo bien

-Entiendo.-formó una mueca que fue lo bastante tierna como para ganarse un beso de Won en la mejilla.

Las últimas clases del día habían sido extrañas, la mirada asesina de Neylan hacia Hyungwon era la peor parte. En cambio, cuando Hoseok la miraba, ella cambiaba su actuar fingiendo arrepentimiento y aflicción. Hyung estaba entre molesto y alegre; molesto con la chica y alegre por seguir junto a Hoseok, que si bien, le perdonó la desconfianza, él se sentía incomodo y avergonzado con la situación.

Debido a razones desconocidas, sus padres no irían a recogerlos. Jimin no iba con ellos, pues su madre había llegado de visita y lo llevó a comer. Así que debían irse solos, por primera vez, en autobús a sus residencias. Hyungwon, a diferencia de Hoseok, jamás tuvo la oportunidad de pisar siquiera un autobús pero no le importaba tener que hacerlo ahora. Sin embargo, luego de mucho tiempo, estaba asustado; la sensación de ser observado, pasos acelerados detrás, sombra que desaparecía al voltear, los vellos de su piel erizados y el miedo recorriendo su ser, le impedían prestar atención a lo que fuera que Hoseok tuviera platicándole ; aún con todo eso, continúo su camino tratando de parecer lo más despreocupado posible.

Llevaban al menos quince minutos a pie y todavía no daban con la dichosa parada de autobuses. Lo cierto era que, la zona donde se encontraba el colegio, era exclusivo para establecimientos y clubs de la clase alta, lo que hacia innecesario contar con parada de autobús. Pero como iban tan cómodos caminando de la mano no les pasaba por la mente pedir un taxi.

-Caminar me dio sed-susurró el rubio haciendo un puchero

-Por ahí hay una cafetería.

-No quiero-dijo arrugando la naríz-O más bien no puedo.

-Bien, voy a preguntar donde hay una tienda, señor no quiero café

Hoseok sonrió avergonzado jugando con sus deditos. Won rodó los ojos fingiendo no sentirse afectado por la ternura del mayor, lo quería tanto que se marchó en busca de un local para comprar algo refrescante. Del otro lado de la calle vio a dos señores mayores jugar Okey Rummikub, parecían ser de la zona por lo que se aventuró a cruzar la calle sin esperar a su novio. Antes de llegar a su corto destino, una Suburban negra completamente blindada, se detuvo frente a él.

Protegiendo a mi león 🦁 2WONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora