💠Final💠

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Vio a Hoseok sacar una piedra del bolsillo de la chamarra y arrojarla a una de las ventanas polarizadas de la camioneta de los guardaespaldas y como éstos fueron corriendo hacia el automóvil. Aprovechando la distracción, Hoseok aceleró atravesando la entrada principal sin ser visto por los guardaespaldas. Con todas sus fuerzas se aferró a la cintura de Hoseok y cerró los ojos temiendo ser descubiertos.

—Ya puedes abrir los ojos —dijo Hoseok con una risita.

Won obedeció y lo primero que vio fue el parque a donde se habían escapado cuando llegó del extranjero.

—¡Estás loco! —gritó bajando de la moto. Golpeó el pecho de Hoseok haciendo que este riera. —¡Pudieron descubrirnos!

Hoseok encogió los hombros. —Pero no lo hicieron.

Entrecerrando los ojos, Hyungwon se alejó unos cuantos pasos. —¿Dónde está mi dulce y bien portado Hoseok?

—Aquí mi amor —susurró rodeando con sus brazos la cintura de Hyungwon.

Hoseok lo besó con timidez. Acunó su rostro con sutileza lamiendo el labio inferior. Bajó una mano de la cara y la dejó descansar en la espalda baja de Hyungwon. Con el pulgar trazó círculos invisibles mientras su lengua luchaba por separar los labios de Hyungwon, lo cual consiguió cuando lo pegó a su pecho. Profundizó el beso regresando su mano hacia arriba pero esta vez para apretar un puñado de cabello oscuro. 

Suspiró en medio del beso sujetándose de la chamarra de su novio. Abrió los ojos lentamente. El beso terminó con un conocido chasquido y él simplemente sonrió. 

—Tengo que crecer Hyungwonnie —comentó Ho besando las mejillas rechonchas. —No voy a ser un niño toda la vida y...—encogió los hombros para luego sonreír. —A veces debemos portarnos mal. 

—Si, eso es seguro. 

Hyungwon junto sus frentes para luego volver a besarlo. Hoseok podía cambiar, crecer pero jamás dejaría de acelerar el corazón de Hyungwon y poner sus sentidos en un cohete y enviarlos fuera del planeta. Había algo en Hoseok que siempre lo traía viviendo en las nubes. Sus besos, sus sonrisas, su risa, sus ojos... su persona en general lo hacía delirar de la mejor forma posible. Hoseok era el mal que se instaló en su ser y del cual no quería cura alguna.

—¿Vamos? —preguntó dulcemente ofreciendo su mano. El pelinegro asintió sonriendo. Tomó la mano de Hoseok y recorrieron el parque entero hablando sobre lo que habían hecho en la semana. Won escuchó atentamente cada una de las quejas de su novio por las complicadas tareas de metodología jurídica y el poco tiempo que tenía para hacerlas. Así como Hyungwon abrió su corazón platicándole sus dudas e inquietudes acerca de su futuro incierto.

Después de tantas quejas y dudas acordaron dejar sus problemas a un lado y disfrutar su tiempo juntos. Las llamadas y mensajes no lograban sustituir la cercanía y el placer de tenerse frente a frente. Sin pensarlo llegaron al muelle y Hyungwon reconoció el yate de su padre.

 —¡Amor! 

Hoseok saltó poniendo una mano en su pecho. —¿¡Qué!? 

—Allá está el yate de mi papá —dijo llevándolo de la mano. —Hay que ir.

 —Hay que ir

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Protegiendo a mi león 🦁 2WONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora