II

884 91 11
                                    

Estaba caminando, tranquilo, sin preocupaciones.

Se detuvo en una máquina de dulces, pagó lo nesesario y tomó el dulce de fresa, su favorito.

Escucho la música de su teléfono, lo sacó de bolsillo «Yaga». Contestó.

--Satoru... -- La voz de su maestro lo despertó, era más gruesa y severa que de costumbre.

--Yaga.. -- Contestó con su nombre.

--¿Sabes que hora es? -- Reviso la hora en su teléfono.

--Ammm.... ¿Las 9:57 de la mañana? --
Le contestó simple, ignorando el bufido en el otro de la línea.

--Ayer, les avise que los nesecitaba a los tres aqui, ¿Recuerdas a que hora?-- Se adelantó.

--A las ocho un punto --Estába sonriendo atravez de la línea, satisfecho de hacer enojar a su maestro con éxito.

--Si no llegas aquí antes de las 10:30, habra consecuencias --Colgó.
Era una clara amenaza y por el tono de voz no estaba jugando. Encendio sus alarmas, Yaga solia ser muy paciente, contrario a su apariencia, no era común que actuará así.

Empezó a correr, importandole poco si empujaba a alguien.

No era rápido, pero sus piernas eran larga y era alto, eso le daba algo más de velocidad.

Se detuvo en un semaforo en verde. Reviso su teléfono, en el chat con Suguru debería estar la ubicación.

El parque a tres calles del hospital. Perfecto estaba a unos ocho o diez minutos, cinco si se apresura.

El semaforo se coloco en el color rojo y todos empezaron a cruzar la calle.

Llegó. Alcanzó a ver la silueta de Suguru, sentado.

Corrió a él.

--¿Y.. Yaga? --Fue lo primero que preguntó, despues de conseguí aire.

--Impresionante, justo las 10:10 --La voz suave, pero algo ronca de Shoko lo asustó. Esta a lado de Suguru.

Suguru se burló de él.

--¿Que? --No entendío nada.

--Yaga dijo que estarías aquí a las 10:10 asi que fue al hospital por algunas cosas. Llega a las 10:30 --Suguru le explico, claramente burlándose más.

--Maldito viejo --fue lo único que susurro antes de sentarse a lado de su amigo --No me gusta esperarlo --.

Suguru terminó soltando una carcajada.

--No tienes el derecho de decir eso -- Shoko le acuso.

--Ahora que estamos, ¿Por qué nos nesecita a los tres? -- Les preguntó.

--.... Eres imbecil --Fue la única respuesta de Suguru.

--Ay, no --Shoko susurro.

El empezó a abrir su dulce «¿Que dije?, ¿Ahora en qué la cague? », En eso estaba pensando mientras el sabor a fresa llenaba su boca.

Suguru, suspiro --Ayer, en guardia, Yaga lo explico estabas presente. Pero ¿Por qué te exijo demasiado? --.

Después de decir eso, Shoko soltó una pequeña risa, el no hablo, no la quería cagar más.

--Ah. Ayer, Alguien fue con Yaga, era Nanami y un chico de nuestra edad, creo. Hablaron. Y Yaga nos dijo que mañana, hoy, vamos a ir con un joven, que está enfermo. Después de la primera hora sin que llegaras, Yaga se desespero por una llamada. Y ahora se fue y llega en nos veinte minutos -- Esa fue una explicación demasiado rápida de Shoko, adelantándose a Suguru.

Vida... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora