VII

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Otra madrugada que despertaba, odiaba despertarse a las cinco de la mañana por pesadillas.

Esta vez se había dormido con mucho entusiasmo no como otros días en los que sinceramente esperaba no despertar, pero esta vez fue diferente y lo fue por Gojo, el le dio una pequeña y diminuta esperanza de recuperarse.
Y de hecho se sentía un poco mejor, ya no se dormía por tan largos períodos, dejó de sudar al menos un poco, eso era un avance, quizás si podría volver a ser el mismo de antes.

Sonrio inconscientemente.

Volteando a ver esa gigantesca luna tan resplandeciente, le recordaba a Gojo, el era igual o más brillante que ella y muchísimo más blanco y pulcro.

Unas nubes traicioneras taparon por completo a la luna. De un momento a otro recordó su sueño.

Estaba el en una habitación llena de fotos de él, fotos en las que el sonreía, fotos donde sus trofeos y medallas resaltaban en un instante la habitación se incendio y todo junto con ella, las fotos, los trofeos y medallas; el escenario cambió a el y su padre en un consultorio médico «Osteogenesis imperfecta» eso fue lo que dijo, después su padre llorando; de nuevo con su familia, Sukuna serio, Choso con cara de preocupación, su padre llorando mientras su abuelo lo abrazaba; sus amigos estaban caminando alejándose mientras él no se podía parar.

No era un sueño, eran sus recuerdos.

Después de ir a un campeonato de atletismo - y quedar en primer lugar- se empezó a sentir incómodo, le empezaron a doler los huesos y ya no entrenaba tan bien como antes, se preocupo y fue con su padre al médico Osteogenesis imperfecta, ese fue su diagnostico, sus huesos eran más débiles que los demás, era hereditaria y no tenía cura, salieron, el fue al baño, y a escondías escucho a su padre llorando, sin esperanzas de que el fuera a vivir su vida normal; ahora que lo piensa tal vez se lo contagio.
Después de eso todo se fue a caño,  su cuerpo se debilitó demasiado al punto de empezar a deformarse, su médula espinal sufrió problemas, perdió casi por completo movilidad en las piernas, su vista y audición fallo, de nuevo por su médula la Neutropenia y la lista seguía, le detectaron un soplo y por tantos problemas un paro cardíaco, perdió su riñón, Anemia, definitivamente la lista era interminable.
Las personas más cercanas a él cambiaron, su familia lo empezó a tratar con más cuidado recordándole una y otra vez lo inútil que era, Sukuna, Choso, su padre, su abuelo, los cuatro sólo estaban financieramente, era poco común que el los viera. Y él montón de personas que decían ser sus amigos desapareció con el tiempo, quedando solo unos pocos, no le molestaba, pero en ocasiones se sentía completamente solo.
En un momento de desesperación quemo todo, sus trofeos sus medallas, todo su esfuerzo de tantos años ya no valían la pena.

Sentía que era una carga, que sólo era un parásito, arrumbado en una esquina de su casa, un cuadro más, todo el mundo le decía que no era así, que el era una persona buena y importante, pero no era estúpido sabia que era pura lástima. Lo ha visto y sentido con todos, sienten pena por el, pensando 'pobre' ,' ya se va a morir' , 'es una pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero' el lo sabía y aún así se aferraba a la vida, no sabía por qué lo hacía, pero algo le decía que quizás todo mejorará.

Y en ese momento aparece Gojo, tomando la forma de sus pensamientos positivos, diciéndole que todo estará mejor,  si miente y piensa lo mismo que los demás lo oculta muy bien, Gojo definitivamente era importante, no lo entiende y no sabe por qué, pero siempre que siente que está apunto de llorar lo recuerda y sonríe.

Gojo era la personificacion de la palabra: Ángel. Todo concordaba, amable, guapo, alto, blanco, inclusive parecía que brillaba.

De nuevo miró la luna, la noche estaba estrellada y aunque demostraba tranquilidad, parecía estar llena de vida.

--¿No puedes dormir?--.

Una voz corto sus pensamientos, una voz que conocía, se volteo hacia la puerta, alguien encendia la luz.

--Sukuna... --
Su garganta ardió un poco pero lo soporto.

--¿Ya puedes hablar? -- -.

Camino hasta que se sentó en el sillón a un lado de su cama.

No hablo, solo negó con la cabeza.

--¿Entonces por qué lo haces? --.

Levantó sus brazos  "-Impresión-".

Sukuna se rio para sí mismo.

--Duérmete --.

"- ¿Cuando volviste?-".

--Hoy... Choso dijo que te estás recuperando un poco, pero con algo se empieza--.

Sonrio. "-Gracias-"

--¿Porque?-- Sukuna entrecerró los ojos.

"-Se que, tu trajiste a Masamichi-"

Sukuna volvió a sonreír y lo abrazo.

--Lloron-- Uso ese apodo y se detuvo -- Yo no hice nada, así que duérmete --.

Parecía magia, las palabras de su gemelo estaban haciendo efecto, se estaba durmiendo.

"-No te vallas-".

--Nunca abandonaría a un llorón--.

Y se terminó durmiendo casi a la fuerza.

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• Hola.

•Este capitulo se puede resumir en una palabra: relleno.

•Y mi excusa es bastante buena.
Me robaron mi anterior teléfono, y comúnmente compraría otro, pero gastos así que tarde en tener otro y por suerte mi correo y todo está a salvó así que prometo que el próximo capítulo será mejor.

•En que beneficia Sukuna a la trama? En nada, pero me gusta.

•No tengo nada que decir, solo tomen agüita.

•Cualquier falta de lo que sea, pido perdón, esta ves no estoy revisando el capítulo.

•Bay $)

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