III

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Habían pasado dos semanas desde que el Doctor Masamichi vino, con sus tres estudiantes, lo revisaban dos veces al día, en la mañana y en la noche , su nutriologo aseguraba de que la comida sea la adecuada, todo parecía mejorar.

Un estudiante del doctor se quedaba micho tiempo con el, Satoru Gojo, siempre estaba cerca. El mismo lo atendía.

Era muy alegre, un bromista de primera, era mucho más alto que el, con un cabello blanco y esponjoso, como las nubes que lo visitaban por su ventana, su piel también era blanca y pulcra, se parecía al marfil, no tenía idea de cómo eran sus ojos, siempre llevaba unos lentes de sol redondos. Definitivamente Gojo era el ser más hermoso que había visto, era su opuesto. Era alegre, siempre con una sonrisa, era alto, lo confundiria con el marco de la puerta si se posara sin ropa, por lo blanco que es. Es tan delicado y amable, perece que nada lo perturba, nada le molesta, nada lo irrumpe. Era un ser perfecto.

Pensó que se vería mejor como modelo que como médico, era un desperdicio que no saliera en las revistas de Nobara.

Tocaron.

--¡Yuuji! ¿Puedo pasar? --.

Era su voz, le avergonzo, estaba pensando en el.

--¡Ah! !Lo lamento olvide que te cuesta hablar! Entonces pasaré... --.

No estaba mirando la puerta se volteo por la vergüenza, pero escucho el sonido de esta siendo abierta.

--Yuuji, Buenos días --.

Levanto las manos y respondió de la misma manera.

--¡Me contestaste buenos días! --.

Lo volteo a ver, ¿Le entendió? No, Gojo no sabía leer ni hacer lenguaje de señas.

--¿Te sorprendí? -- Se acercó un poco.

El asintió.

--Estuve tomando un curso de lenguaje de señas rápido -- Levanto un poco su pecho.

Yuuji no entendió la acción.

--Bueno... Te tomare la temperatura --

Gojo hizo lo mismo de siempre. Tomó todos los signos vitales y los anotó.

Siempre cargaba una computadora, una libreta y una lapicera. Apuntaba las cosas y hacía garabatos.

Tenía curiosidad, Gojo era la única persona después de sus sirvientes, que lo visitaba constantemente. Quería saber que hacía.
Después de estar encerrado con él ¿A donde va? ¿Que hace? ¿Tiene amigos aparte Geto y Shoko? ¿Cuántos? ¿Cuál es su pasatiempo? Quería saber todo, moría de curiosidad, sabía lo que sus  sirvientes hacían, pero no sabía que hacía Gojo.

Dudo un poco ¿Quién era el para preguntar la vida privada de su médico? Nadie. Un pasiente apuntó de morir.

Respiro un poco más fuerte, dolió un poco pero era soportable.

Levantó el brazo. Miró como Gojo le dirigía su mirada, no veía sus ojos pero sabía que lo miraba.

“-¿Qué está haciendo? -”.

--Ag... E-Estoy... -- Gojo, se sonrojo, pudo notar como sus mejillas se teñian, quizás sólo era la sorpresa y como era tan blanco se notaba más. Vio cómo Gojo miró hacia abajo, justo donde estaba garabateando su libreta, la cerró de golpe, dejándola sobre su regazo, ahora parecía temblar.

“-¿Está bien? -”

--¡Si! -- Se aclaro un poco la garganta --Si, Yuuji estoy bien --.

“-Lamento incomodarlo -”

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