"Algo falso o fingido"
Aurora se quedó bastante extrañada con la reacción de su hijo, si bien era mejor así, había algo que no le cuadraba del todo. Luego de intercambiar inquietudes con su esposo, subió a la habitación de Stephan, no sin antes tocar la puerta.
— Adelante —Escuchó decir. Hizo caso, moviendo el pomo para lograr entrar, sus ojos entraron en contacto con los de su hijo—
Lo vio desempacando, la maleta color azul marino abierta de par en par sobre la cama y algunas prendas al lado de esta, otra, en las manos de Stephan. Después de escanear rápidamente el panorama, apretó los labios y se acercó, dejando el cuarto cerrado detrás de ella. Stephan la miró entre curioso y calmado, por suerte.
— Mi amor ¿Cómo estás con la situación? —Cuestionó en un suave tono maternal, provocando en los labios de su hijo una sonrisa—
— Tranquila mamá, no me voy a escapar por la ventana ni a suicidar de manera poética —Aseguró sin dejar de guardar su ropa—
Aurora dejó salir una sutil risa que ni siquiera necesitó una separación de labios para hacerse notar.
— Stephan
— Mamá —Interrumpió, dejando caer sus manos a los lados de su propio cuerpo y volteó hacia Aurora— Lo sé, estoy bien, es algo que no puedo evitar, no importa cuanto lo intente
— Verás que no es tan malo como suena —Para este punto, su madre se encontrada de pie frente a él, sujetándole los brazos cual gesto reconfortante—
— Hablamos de una mujer a la que no conozco, apenas se su nombre, además... —Stephan suspiró, apartando la mirada, hasta este punto no había logrado admitir que extrañaba a Jude—
— Además nada —Sentenció con dulzura, llamando la atención de su hijo, pasando el dorso de la mano por la mejilla de este— Hazle caso a tu madre cariño
Stephan, resignado, apretó los labios ligeramente y asintió, recibiendo una sonrisa agradecida y un guiño de su madre. Una vez solo en la habitación, lo invadió una extraña calma, era como si estuviese listo para aceptar el destino que le han impuesto y no lograse sentir nada diferente a la paz, solo se comparaba a tener agua hasta el cuello para luego dejar de luchar, ahogándose poco a poco.
Diane, por el contrario, no podía más con su presión arterial, los pensamientos no la dejaban respirar y hacían de su cabeza un desastre, había tantas cosas que considerar en tan poco tiempo que apenas lograba mantenerse concentrada en los preparativos de la boda, ya estaba la comida y la lista de invitados, faltaba la novia. Había pasado una semana desde que ambos novios llegaron de Londres con un día de diferencia y sin saber que habían pasado los últimos 4 años en el mismo lugar, ahora solo restaban 7 días, finalmente se verían las caras mientras contraían matrimonio.
Luciano D'Angelo administró una empresa familiar desde los 28, en ese entonces ya tenía 2 años de casado con Aurora. Le bastaron 10 años para hacer crecer una simple constructora industrial a la principal distribuidora de material y servicio en Europa, empezando su expansión hacia América del Norte, que estaría a cargo de él, pero prefirió retirarse. Josiah Bennett heredó una mina abandonada a los 24, en primer lugar, esta le dió petróleo hasta cansarse, cuando ya no llegó a más, el negocio de las joyas le dio los lujos de los que hoy, él y su familia, disfrutan.
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Italiano
Teen FictionElla trató de ser perfecta toda su vida y se convirtió en un desastre, él era un desastre, y terminó siendo perfecto para ella. ••• Diane Bennett y Stephan D'Angelo nacieron en cuna de oro, ambos fueron bendecidos, por llamarlo de alguna manera, con...