Capítulo Cinco: Jazba

4 0 0
                                    


"Fuerte deseo o pasión"

Esa fue su primera noche de luna de miel, había menos silencio pero seguía pareciendo algo incómodo el ambiente, con el paso de los días se iban acostumbrando a convivir juntos, dormir y levantarse lado a lado. Faltando menos de una semana para volar a Canadá y comenzar su nueva vida, Diane leyó el folleto que les habían dejado el primer día, esa noche habría un espectáculo en el restaurante del hotel, le pareció una buena idea, podría asemejarse a algún tipo de cita que jamás tuvieron.

— Hhm ¿Estás segura de querer ir? —Cuestionó Stephan mientras sostenía el folleto—

— ¿Porqué no?

Ambos se miraron, estuvieron juntos todo ese tiempo pero tratando de matar el tiempo más que disfrutarlo ¿Porqué no empezar antes de que todo se termine? Stephan accedió y pusieron una hora fija, a la cual Diane la estaba lista, usaba un vestido rojo con abertura en el medio y vuelos en los pliegues, así como escote recto, hombros caídos y tirantes, también el cabello recogido, Stephan se puso una camisa blanca de cuello y botones en conjunto con unos pantalones cortos y unos zapatos zapatillas. Estando en la barra, Stephan se pidió una limonada y Diane un mojito, el lugar estaba bastante lleno, iluminado con lámparas de luz cálida que colgaban del techo de paja y además música suave, sonaba como jazz pero no estaba segura.

— Muchas gracias —Dijeron al unísono en cuanto recibieron sus bebidas—

Stephan le daba vueltas a la limonada con la pajita mientras sonreía de lado.

— Según tengo entendido ambos estuvimos en Londres al mismo tiempo —Diane asintió mientras bebía— ¿Cómo es que jamás nos vimos?

— Pudo pasar alguna vez, quizá no me recuerdas —Soltó algo divertida—

— Dudo que sea capaz de olvidarte aunque solo te haya visto un segundo —Ladeó la cabeza sin dejar de sonreír y Diane desvío la mirada por un segundo, avergonzada—

— Bueno, ahm, entonces tal vez frecuentamos lugares muy distintos

Stephan miró su limonada antes de darle un trago.

— Tienes un punto —Volvieron a conectar miradas— ¿Porqué te enviaron a Londres?

— Puede que a lo mismo que tú —Stephan rió por lo bajo negando con la cabeza de forma sutil, era muy improbable— Me enviaron a una escuela de modales, también a aprender balet y a tocar la flauta transversal, algunos idiomas como Latín, Persa, Rumano, Croata, Noruego y Árabe

—¿Algunos? ¿Cuántos idiomas sabes en total?

— 20 si contamos mi lengua materna que es el Francés —Diane estaba acostumbrada, su madre la había criado de tal manera que ese número no le parecía exagerado—

Si bien Stephan tuvo una educación similar a la de Diane, con él fueron menos estrictos en esos ámbitos, el apenas llegaba a los 8 idiomas, si entre ellos se sumaba el Italiano, su idioma principal.

— Eso es impresionante, y algo extremo —Se sinceró—

Diane solo rio y volvió a prestarle atención a su alrededor, todo tenía una decoración tan hermosa y cálida, tropical pero sencilla que lograba el efecto de naturalidad, como si realmente estuviese hecho con pedazos y hojas de palmeras. De la nada un ligero toque en su mano hizo que regresara a tierra firme, buscó de inmediato los ojos azules de Stephan, sabiendo que era su mano la que había sentido, alzó una pequeña sonrisa como primer instinto, recibiendo un gesto similar.

ItalianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora