Touch

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Choi SeungCheol y Yoon JeongHan, ambos adultos de casi veintisiete años. Estaban sentados al final de un tobogán para niños de nueve años.

Parecía que ninguno de los dos sabía que decir exactamente. JeongHan apretaba sus brazos entre sus manos, dándose una especie de abrazo a sí mismo, sin saber a donde mirar, mientras que SeungCheol estaba inclinado hacia el suelo y con una rama dibujaba figuras sin sentido en la arena del juego. Nadie estaba dispuesto a decir la primera palabra.

JeongHan estaba frustrado consigo mismo, casi sonrojado de la ira. Cuando comenzó a buscar a SeungCheol había estado practicando en voz baja lo que iba a decirle en cuanto viera su estupido rostro, demonios, incluso una pareja de secundaria lo miró raro cuando chillo de frustración por ser incapaz de decir esas simples palabras por miedo a su respuesta.

"Te quiero".

Parecía tan dificil cuando siempre se sintió amado, incluso por los miembros. Quería mucho a los chicos, eran sus amigos y familia apesar de no compartir lazo sanguíneo. ¿Quería a SeungCheol como los demas? Estaba claro que no, incluso él pudo verlo aún en su estado de negación.

Solo que era difícil decirlo si él terminaba rechazándolo, JeongHan probablemente lloraría mucho y podría llegar al extremo de enfermar de ansiedad, no quería preocupar a los chicos, pero sabía que su corazón estaría hecho pedazos si SeungCheol confesaba que solo era una forma de desahogar su frustración sexual, después de todo hubo un tiempo en el que JeongHan llegó a verse verdaderamente como una chica, incluso un par de miembros pasaron por una etapa de confusión por su aspecto, y fue una de las razones por las que decidió cortarlo, además de que era tan difícil como la mierda cuidarlo.

No podía negar sus sentimientos respecto a él, aún más con lo que habían estado haciendo esas semanas. Incluso era vergonzoso admitir que le prendía más cuando acariciaba sus muslos que la acción de su mano en su miembro en realidad. Era vergonzoso recordar que se había venido la primera vez por sus toques. Gracias al idiota de SeungCheol aprendió que era realmente sensible en la parte interna de sus muslos.

Y que quizás le gustaba besarlo, mucho.

Al diablo, su boca era maravillosa, siempre que los labios de SeungCheol se encontraban con los suyos, una parte de su cerebro se desconectaba y lo único que quería era que no se atreviera a separarse y que en cambio follara su boca con su lengua. Los labios de Shua se habían sentido como una lija a comparación de los suyos.

De acuerdo, debía detenerse o tendría su primera erección en un parque público.

Mientras JeongHan parecía estar apunto de gritar en cualquier momento, SeungCheol era un caos, aunque parecía ajeno al chico que se removía a su lado con sus pensamientos para nada agradables en el sentido inocente de la palabra.

Solo quería llorar en su cama hasta que ya no pudiese sacar lágrimas, ¿como su maldito primer enamoramiento serio terminó tan mal? Algo debía estar terrible con él por fijarse en su amigo y compañero de grupo, ahora sería malditamente incómodo verlo con Joshua siendo melosos y acaramelados cuando un par de días atrás había tenido su lengua en su boca.

En sus pensamientos más irracionales y disparatados, deseaba convencer a JeongHan de amarlo a él y solo a él, arrastrarlo a un hotel y quizás besarlo hasta que le dolieran la labios. Pero SeungCheol no era posesivo y tampoco quería que el tipo le pateara el trasero por arrastrarlo hasta un hotel, como si estuviesen haciendo algo indebido de verdad.

De verdad que Choi SeungCheol se sentía como el rey de los idiotas.

—SeungCheol, lo que viste...—comenzó JeongHan pero Cheol no quería escuchar más. No quería que terminara lo que sea que había estado ocurriendo entre ambos.

Touch; JeongCheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora