|Capítulo Once: Sólo quería un peluche|

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Tres días no parecían mucho.

Tres días con una rutina era muy diferente, el tiempo parecía ir más lento.

Cuando pasó las primeras horas de su rutina sólo, Takemichi sintió más dolor que placer, pero afortunadamente todo mejoró cuando su Alfa llegó.

Takemichi ahora era un "Omega" con un lazo permanente y bien atendido. No podía estar más feliz.

¡Además volvió a su nido!

Lo primero que hizo al sentir el comfort de su nido fue acurrucarse con Mikey y dormir una larga y tendida siesta.

Mikey abrazó su cintura entre sueños con mucha fuerza, como si temiera que alguien se lo robara, no podía culpar a su Alfa por su actitud ya qué él también estaba aterrado de qué alguien más volviera a llevarlo lejos.

Ambos durmieron con tranquilidad esa noche.

En la madrugada, Takemichi se despertó ya que estaba hambriento y sediento, intentó no despertar a Mikey y sólo volver a dormir pero su Alfa al parecer tenía el sueño ligero, al moverse sólo un poco lo despertó.

— ¿Pasa algo, Takemitchy? — preguntó con una voz muy ronca.

Takemichi intentó mentir pero olvidó que el lazo delataba sus emociones, además su estómago rugió con mucha fuerza.

Mikey se levantó casi de inmediato, de un cajón sacó varios envoltorios de taiyaki y dorayaki junto a un par de botellas de agua. Takemichi empezó a devorar los dulces, mientras Mikey lo abrazaba por la espalda, extrañamente en su estado actual los encontraba más sabroso que de costumbre.

Luego de quedar bien alimentado con bocadillos, ambos tuvieron hambre de otro tipo y obviamente lo intentaron saciar.

A Takemichi le agradó mucho ser follado y anudado en su nido, se sentía más especial y más íntimo, a Mikey también le gustó mucho aquello incluso lo disfrutó más que el mismo Omega.

Tuvieron varias rondas, sin embargo no fue suficiente para ninguno de los dos.

Se pasaron la madrugada y gran parte de la mañana sólo en eso. Profanaron cada rincón de su nido y lo mancharon de semen, sudor y slick.

Luego de eso, su calor corporal se calmó un poco, haciendo que recuperarán un poco la cordura. Una de las sirvientas les llevó el desayuno a la habitación, a petición de Mikey, ya que realmente ninguno quería alejarse de la cama/nido.

Cuando terminaron, ambos comieron más de aquellos dulces y luego continuaron con sus lascivos actos.

El segundo día de la rutina fue mejor, que el primer día de su celo.

Entonces llegaron al último día.

Ese día el calor se volvió aún peor, Takemichi buscó mucho cariño departe de su Alfa, Mikey en cambio no lo dejó moverse. Lo marcó de manera desesperada y posesiva con sus dos aromas.

Ese día Mikey estaba actuando más brusco, Takemichi intentaba calmarlo pero era complicado después de todo era el primer celo de ambos.

Las manos de Takemichi se aferraron con fuerza a los hombros anchos del Alfa, la cama rechinaba ante las brutales embestidas. Jadeó al sentir los dientes de Mikey hundirse en su clavícula, haciendo un camino hasta llegar a su hombro donde mordió aún más fuerte haciéndolo sangrar.

— ¡A-Alfa!

Mikey hizo caso omiso, sorbió el líquido metálico y volvió a morderlo una vez el nudo se hincho.

Detective Hanagaki |MiTake/TakeMikey| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora