|Capitulo Cuatro: Omegas|

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<‹En otras noticias, la tasa de suicidios de Omegas ha aumentado mucho en los últimos meses. Los expertos están preocupados, pues estiman que más del 80% de los Omegas padecen de depresión.


Se están llevando a cabo campañas de concientización pero hasta ahora las muertes continúan, a este paso los Omegas representarán el 5% de la población...›>

Chifuyu bostezo. Tomó el control remoto y apagó la televisión, no había prestado ni un mínimo de atención ya que estaba concentrado en los vídeos de gatos que le envío Baji.

Odiaba las noticias, eran tan deprimentes pero Kazutora insistía en que debían mantenerse informados.

Estiró sus músculos como un felino, guardo su teléfono debía volver al trabajo. Salió de la sala que usaban como área de descanso y se encontró con un montón de cajas con varios productos que debía colocar en los estantes.

Su espíritu de determinación flaqueo un poco, al ver la veintena de cajas.

Necesitaba ayuda pero tanto Baji como Kazutora estaban enfermos, así que tendría que hacer todo solo.

Maldijo la suerte de aquellos Alfas ¿Quién mierda se resfría sólo por un lluvia? Aunque Baji tan orgulloso como siempre negaba que tenía un resfriado e insistía que tenía un fuerte virus o alguna estupidez así.


De sólo recordarlo Chifuyu puso los ojos en blanco, al menos cuando salga con sus demás amigos ya sabía con que molestarlo. Apostaba que Mitsuya y Hakkai se lo iban a recordar durante toda la vida, probablemente los hermanos Kawata se iban a burlar cada vez que el tema sea tocado. Pahchin como el tonto que era sólo se reiría sin saber porque y Pehyan tendría que explicarle con peras y manzanas.

Chifuyu sonrió de manera algo triste, sus manos que sostenían una bolsa de alimentos para gato se cerraron con fuerza, los nudillos se pusieron blancos.

Amaba este futuro, todo era muy tranquilo pero a veces simplemente no podía evitar preguntarse... ¿Qué estarían haciendo el comandante y el sub comandante de la desintegrada ToMan?

Hace bastante que sus caminos se separaron ¿Qué sería ahora de sus vidas? ¿Serían mecánicos? ¿Modelos? ¿O acaso...?

- Meow.

Chifuyu perdió el hilo de sus pensamientos al oír ese maullido, giró la cabeza en dirección a ese sonido encontrándose con una adorable vista.

Un gato de pelaje corto tan negro como la noche con ojos azules que no tenía nada que envidiar al océano. El gato que se paseaba libre por la tienda, estaba a su lado mirando fijamente la puerta de entrada.

-¿Qué pasa Peke-G? ¿Extrañas a tu dueño?

-Meow.

-Lo tomaré como un sí - musitó conmovido.

El Alfa suspiro, se agachó y acarició dulcemente al gato. Su sonrisa se volvió triste, hace exactamente dos días un oficial de policía llamado Naoto llegó a su tienda, le pidió que cuidará al minino por un tiempo indefinido ya que su dueño estaba desaparecido hace más de una semana.

El gato se mostraba algo deprimido, casi no comía y siempre dormía cerca de la puerta era un escenario desolador más para un amante de gatos como él.

-Espero que tú dueño aparezca pronto, Peke-G.

El gato volvió a maullar.

Chifuyu sentía que ese gato podía entender lo que decía, lo cual le asustó tanto como le fascinó. Incluso sintió un deja Vu pues en sus días de adolescente tuvo un gato un poco parecido a él hasta tenían el mismo nombre lo cual le parecía asombroso.

Detective Hanagaki |MiTake/TakeMikey| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora