Carla Rosón Caleruega estaba sentada en un banco de los tantos que están desperdigados por el campus de Oxford. Las personas la miraban, sobre todo los hombres. Claro, ella era conocida en la universidad y no por una gran vida social sino más bien por su ostracismo. Durante su primer año estuvo prácticamente aislada sin interacción con otros porque ella así lo quiso.
Solo mantenía cierto contacto con compañeros de ella, particularmente con una muchacha llamada Allison. Muchos chicos la invitaron a salir pero todos fueron rechazados lo que hizo que Carla cotizara más en el mercado de citas de la universidad. Es decir, era rica, hermosa, extranjera y de la nobleza. Todo apuntaba a que llamaría la atención de los hombres. Y de hecho así fue. El problema radica en que nadie llamó la atención de ella.
El suyo fue un año aburrido y Carla apreciaba aburrirse porque conoció la emoción en Las Encinas y no quiere repetirlo.
Había tenido su primera clase del día y recién volvería a un salón de clases dentro de dos horas y como le daba pereza irse hasta su departamento decidió sentarse y hacer tiempo.
Estaba sentada muy rígida con toda la elegancia y el porte que adquirió con años de entrenamiento en etiqueta y comportamiento. Carla ocupaba el lado derecho del asiento y mantenía la vista fija al frente donde veía a unos muchachos jugar con un freesbie. Sintió que alguien se sentó al lado suyo pero no se volteó a ver. Tenía muy entrenada la indiferencia.
Había muchos asientos por todo el campus y elegían sentarse junto a ella. Quizás sea uno de esos chicos tontos que quieren coquetear con ella e invitarla a salir. Su interés no es tanto como para mirar a esa persona y averiguarlo.
Pero no tiene la necesidad de mirar porque quien se sentó junto a ella decide hablarle después de unos segundos.
-Rubia,-dijo con una fingida voz rasposa-te haré una oferta que no podrás rechazar.
Aun con la mirada al frente y sin haberse movido ni un centímetro Carla piensa en lo que le dijo y una sonrisa se dibuja en su rostro.
-Creo que fue un error que estuviéramos todo el día de ayer viendo una maratón de la trilogía de "El Padrino", ahora eres insoportable-dijo Carla.
-Oh vamos, sabes que mi imitación de Vito Corleone es muy buena-dijo Samuel con entusiasmo.
Eso hizo que Carla largara una carcajada. Por fin lo miró y lo saludó con un beso en los labios.
El día anterior estuvieron desde la tarde hasta la noche viendo la trilogía de "El Padrino". La idea era solo ver la primera pero el entusiasmo les pudo más y terminaron viendo las tres de un tirón. Estuvieron ellos dos junto a Guzmán y Rebe en el departamento de Carla. Samuel y Guzmán estaban entusiasmados con las películas. A Carla le gustaba pero no tanto. Y Rebe nunca las había visto pero una vez que inició no pudo parar y se volvió fanática.
Guzmán y Samuel decían los diálogos de los actores a la par de ellos lo que Carla pensaba que era infantil pero era gracioso verlos tan apasionados. ¿Por qué será que el tema de la mafia les encanta tanto a los hombres?
Hasta pensaron en la idea de fundar su propia familia mafiosa después de unas copas de más. Carla les sugirió a Samuel, Guzmán y Rebe que mejor se concentraran en la abogacía, la ingeniería y la economía respectivamente.
-¿Cómo estuvo tu primera clase?-le preguntó Carla a Samuel.
-Ya sabes, lo usual en una primera clase: bullyng, orgías, drogas-bromeó Samuel-y como soy becado busco encajar muy bien.
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Carmuel: la universidad
FanfictionContinuación de Carmuel: llegando a la graduación (leer la anterior historia). Continúa la historia de Carla y Samuel pero ahora juntos en Londres junto a Rebe, Guzmán y los hermanos Blanco aunque tambien veremos que sucedió con otros personajes en...