CARLA Y SAMUEL
Carla Rosón Caleruega ingresó al apartamento en el que su novio vive junto a sus amigos. Samuel le había dado una llave así como él poseía una llave del piso de ella. Ingresó y vio que su novio cerraba su computadora y tenía una graciosa expresión de confusión en el rostro.
-Hola guapo-saludó la rubia. Él levantó la mirada y le sonrió a su novia.
-Hola hermosa-le respondió el saludo. Inmediatamente volvió a su rara expresión.
-Samuel ¿sucede algo?
-Acabo de hablar con mi madre-dijo el castaño-me dijo que su nuevo novio del que me había hablado antes es Benjamin. ¿Puedes creerlo?
Sí, claro que Carla podía creerlo. Lo sabía desde hace mucho tiempo. Desde que conoció al director de las Encinas notó su atracción por Pilar. Por esa razón le ofreció un trabajo de secretaria en el colegio. Por alguna razón Samuel era el único que no percibía eso.
-La verdad que me dejas estupefacta-mintió Carla-¿Quién lo diría?
Carla trataba de no reírse de su novio así que buscó llevar la conversación por otro lado.
-¿Tú que piensas?-quiso saber ella-¿Qué te parece que tu madre esté juntó a Benjamín? ¿Eso te molesta?
-No, claro que no-se apresuró a decir Samuel-Benjamin es un buen hombre, y mi madre parece feliz. Además Benjamin es mucho mejor que todos los perdedores con los que la he visto salir. Irónicamente es lo más parecido que he tenido a una figura paterna.
Carla abrazó a su novio.
-Me alegro por Pilar-dijo la rubia-espero que le vaya muy bien con Benjamín.
-Sí, eso espero-dijo él-supongo que Benjamín también se lo dijo a sus hijos.
Eso sacó una sonrisa en Carla.
-¿Te das cuenta que te follaste a tu hermanastra?
CAYETANA
Cayetana creía que podría volverse loca. No es que trabajar y estudiar al mismo tiempo sea algo que no se pueda realizar. El problema es que su trabajo resultó ser muy demandante. Su jefa es demasiado exigente. No es que sea una tirana o algo por el estilo pero su nivel de exigencia es supremo. Pero lo toleraba porque conseguía algo muy valioso a cambio. Si bien su paga solo es un tanto mejor que lo que ganaba en Las Encinas, trabajar con una gran diseñadora le otorgaba una experiencia y un contacto con la moda que no cambiaría por nada.
No era la única asistente que Raquel había contratado. Todos eran iguales a ella. Jóvenes de alrededor de 20 años interesados en ingresar al mundo de la moda. Cayetana quería eso desde el lado del diseño.
Ahora mismo su tarea consistía en trasladar unas telas que su jefa tenía que inspeccionar y analizarlas para ver si as incorporaba en sus diseños. Claro, el taller de donde retirarlas estaban muy lejos de las oficinas donde usualmente trabajaba y tenía que recorrer toda la ciudad de Madrid. El transporte no es un problema dado que su jefa puso a un automóvil y un chofer de la empresa a disposición de ella pero les imponía plazos temporales inhumanos.
Estaba muy nerviosa. Estaba en el asiento trasero y utilizaba su propio teléfono como espejo para revisar su maquillaje. Otro punto de exigencia en su trabajo era la presencia. Su jefa decía siempre que ellos representaban a la empresa y a ella misma y siempre debía vérselos bien. Cayetana se peinaba su largo y rojo cabello (que decidió tenerlo de modo permanente ahora). Estaba loca pensando que eligió las peores telas para que su jefa las viera.
Cuando llegó apresuró el paso y en el ascensor encontró a Darío y Lorena, otros asistentes de Raquel. Charlaban y Cayetana expresaba lo tensa que se sentía.
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Carmuel: la universidad
FanfictionContinuación de Carmuel: llegando a la graduación (leer la anterior historia). Continúa la historia de Carla y Samuel pero ahora juntos en Londres junto a Rebe, Guzmán y los hermanos Blanco aunque tambien veremos que sucedió con otros personajes en...