16_De ahora en adelante

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Cuando Carla llegó al orgasmo se arrojó a un lado de la cama tratando de recuperar el aliento. No fue de las mejores folladas de su vida pero cumplió con su cometido.

-¿Qué tal estuvo?-le preguntó el joven a su lado.

-Bien-dijo ella. No le importaba llenar su ego así que no se explayó mas.

Carla lo miró. Era guapo. Rubio y de cabello largo y con unos ojos azules que le recordaban un poco a Polo. Lo había conocido en un bar al que fue con Lu y Valerio después de un día de trabajo agotador en las bodegas. Carla sabía que tendría que trabajar duro cuando volviera a Madrid y tomara personalmente el control de las bodegas pero la realidad siempre supera a las expectativas. Su padre y otros empleados de jerarquía buscaban causar problemas. Llevaba un año soportándolo. Pronto, la inversión de Yeray se vencería y la junta directiva deberá ratificarla en el puesto o elegir a otra persona.

Claro, había empleados que le eran leales a ella, todo este año habían visto como era preferible tener una jefa como Carla en lugar de al déspota de Teo Rosón. Pero los empleados no eran quienes tomaban las decisiones.

Cuando Carla llegó a Madrid Beatriz le sugirió que también contratara a Lucrecia. Con los hermanos Montesinos a su lado ella podía estar rodeada de gente en la que confiara, dado que en su propio padre no podía hacerlo.

-Podrías quedarte a dormir-le dijo él. Carla no quería admitir que ni se molestó en aprender su nombre.

-Lo agradezco-dijo ella-pero mañana debo trabajar. Además, debo prepararme para viajar. Debo ver a mi novio.

-¿Novio?-su cara de estupefacción era bastante graciosa. Carla pudo imaginar lo que estaba pensando ese chico. Ya otros habían pensado lo mismo antes.

-¿Crees que soy una perra porque estuve contigo teniendo novio?-dijo ella sonriendo con malicia.

-No te juzgo-dijo él-pero me siento mal por tu novio. No me gustaría que me hicieran lo mismo.

-Él hace lo mismo-dijo Carla jactanciosa-no te sientas culpable.

Carla comenzó a vestirse.

-Entonces ¿hiciste esto para vengarte? -preguntó el muchacho.

-¿Vengarme?-preguntó Carla confundida-para nada. Tenemos un pacto.

El muchacho parecía cada vez más interesado.

-Él y yo debemos vivir en lugares distintos por todo un año-explicó la rubia-y como no nos veríamos muy seguimos aceptamos estar con otras personas de vez en cuando hasta que él regrese a Madrid.

El muchacho sonrió ante lo graciosa que le parecía esa idea.

-Yo no sería capaz de hacer algo así con una chica que sea mi novia-admitió él.

-No es para cualquiera-dijo ella-y no será para siempre. Él pronto regresará.

Carla caminó hacia la puerta lista para no ver nunca más a ese joven. Estuvo bien, pero no como con Samuel.

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Samuel buscaba el color correcto, el tono perfecto de verde para plasmar en el retrato que estaba pensando.

-Eso es espeluznante-dijo Rebe apareciendo al lado de Samuel mientras bebía una cerveza.

-¿Qué?-dijo Samuel-es un retrato de Carla.

-Exacto-dijo la morena-es el cuarto o quinto que haces en un año. Estoy preocupándome por tu salud mental.

-Es mi novia-dijo Samuel riendo-no una chica cualquiera que conocí en la calle y la seguí a su departamento.

Carmuel: la universidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora