𝑻𝒖 𝒕𝒆 𝒍𝒐 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒂𝒔𝒕𝒆 [🇲🇽 𝒙 🇵🇪]

Parte 7

...

Ese dolor en tus ojos no me lastima ni un poco.

¿Cómo voy a estar arrepentido de haberte dejado plantado en el altar? Nunca te amé, eras un capricho y monedero para mí, podía pedirte lo que sea y lo tendría, las comodidades que siempre deseé las obtenía sin dudar pero tenía que pasar esa idea por tu mentecita, una idea tan estúpida como tú.

El dinero era lo único que recompensaba el tiempo perdido a tu lado, y si me negaba a algo que me pedías podía perderlo todo.

Y, claro, pensaste que la mejor manera de proponerme matrimonio sería delante de todos, un una jodida fiesta que "supuestamente" era el cumpleaños de uno de tus estados, la presión que cayó en mí, he hizo que aceptara definitivamente porque, estaba reconsiderando si el dinero valía la pena.

Los preparativos comenzaron, casarte solo era uno de tus muchos planes a mi lado, la emoción en cómo me explicabas todo me hacía sentir culpable en una parte muy adentro de mi corazón.

Una noche, ambos acordamos salir pero gracias a nuestros horarios no podíamos ir juntos al restaurante de siempre, tuve que tomar un bus para poder verte, y para desgracia hubo una tormenta, justo en el paradero cercano al restaurante alguien me saludó amablemente.

Ese hombre alto y de cabellera albina, ojos cafés, sonrisa radiante y camisa un tanto húmeda empezó a platicarme, era tu vecino, México.

Gentilmente me invitó a su casa, te avisé que estaba con él y no te preocupaste para nada.

Unas cuántas botellas de tequila bastaron para que cayera en los brazos de él, que al igual que yo, se encontraba bajo los efectos del alcohol.

Sus besos eran cálidos y suaves, recorrían toda mi piel mientras yo solo jadeaba y pedía que no se detuviera, que siguiera, que me hiciera suyo en ese momento.

En medio del acto prohibido y lujurioso, admitió amarme con locura, le dolía la idea de que yo me casara y que fuera solamente de tu propiedad.

—No te cases con él, Perú —sollozó abrazándome por la espalda.

—México no pued-

—Huye conmigo, huyamos juntos de aquí, seremos solo los dos —sus palabras me recordaron a alguien.

"Huyamos juntos señor Perú, vámonos de aquí, no quiero estar con mi papá, lléveme con usted, por favor"

Ahora entiendes por qué te dejé plantado en el altar, USA...

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