¿Y si Te Quedas? - Edser.

capitulo 3: la historia

Serkan bolat

La luna rompía con la oscuridad de la noche. El frío tomaba posesión de nuestros cuerpos mientras que el café buscaba calentar nuestros labios.

En cada sorbo que daba aprovechaba para detallarla más. Llevaba media hora tratando de encontrar algún defecto, más sin embargo cada intento habia sido fallido. Su cabello se veía tan suave y esto lo comprobé horas atrás cuando había caído entre mis brazos, sus ojos eran como pequeños luceros en su rostro, y sus labios, ellos eran tan... obligué a mi conciencia a detenerse.

-Entonces - carraspeé - tenemos una conversación pendiente - recordé. Ella me miró.

- Creo que me estoy arrepintiendo de ello - soltó con una leve sonrisa - ¿por qué te interesa tanto saber sobre mi? - cuestionó entrecerrando sus ojos.

- ya te lo dije, eres una persona muy intrigante - confirmé nuevamente. Pero esta no era realmente la respuesta, es que ni yo sabía cual era. Agachó su rostro y vi un pequeño sonrojo en sus mejillas. Quizás le avergonzaba lo que tenía por decir o simplemente era el hecho de que yo era un total desconocido - Puedes decirme solo si así lo quieres, no voy a obligarte a que lo hagas - esto era lo que jamás haría realmente.

Ella alzó su rostro me miró con detenimiento detallando cada fracción de mi.

- pareces una persona a quien se le puede contar un secreto y de paso desahogarse, aunque no lo vayas a entender y seas un total desconocido - sé que en cada movimiento trata de decifrarme, porque toda suposición que hace termina siendo cierta.

- me gusta que me descifres, aunque me asusta también - rió ante mi comentario.

Entonces su mirada cambió y centró su vista en el café mientras jugaba con el vaso.

- De los pocos recuerdos agradables que tengo, cada uno es ocupado por mis padres - comenzó a contar - es como si al cerrar los ojos y pensar en ellos me hicieran sentir segura, pero la realidad no es así - Tomó aire para continuar - Ellos no están desde hace mucho y desde entonces mi tia a estado a cargo de mi desde.

- ¿Que edad tenias exactamente? - cuestioné interesándome por su historia - me refiero desde que tus padres...

- tenía nueve - respondió interrumpiendome - era una edad tan corta para todos los largos años que me quedaban por vivir - Asentí y di señal para que prosiguiera - Todo iba tan bien junto a mi tía, todo era tan agradable, hasta que conoció a aquel hombre... él era tan bueno con ambas al principio, pero a medida que el tiempo pasaba su actitud cambiaba a ser más pesada - agachó más su mirada como si tratará de esconderme lo que ellos decían empezó a molestarle todo lo que yo hacía y por más que mi tía mediara entre los regaños, esto era inútil, él ya se había convertido en la cabeza principal de aquella casa. Y así fue durante mucho tiempo... demasiado tiempo - sus ojos se fueron a la nada, como si viajará al pasado.

- ¿te... golpeaba?- pregunté apenas audible.

Rompió su vista a la nada y la fijo en mi. Ahora podía verla a detalle, aquellos ojos llenos de lagrimas aún sin derramar decían una cantidad de cosas que apenas lograba entender.

- Entonces crecí - prosiguió evadiendo mi pregunta, por lo que obtuve mi respuesta y mis puños se cerraron repentinamente - después de terminar los estudios del instituto quise entrar a la universidad. Al principio mi tía me apoyo y me ayudaba en ciertas cosas, pero luego él empezó a interceder y le prohibió que siguiera haciéndolo. Este es mi último semestre, por lo que tuve que ganar ingresos como fuese. Busque y busque, pero nada salía bien, entonces mis amigas me dieron al idea de... - agachó su rostro apenada.