Serkan Bolat.Doce horas. Solo dos simples números formando uno superior me habían torturado tanto. Mis ojeras reflejadas en aquel espejo me hacían recordar la mala noche que había tenido. Tomé mis gafas y volví a colocarlas para tapar aquel desastre en mis ojos.
Bajé del auto y sonreí debido a mi regreso a aquel lugar. Leí el pequeño cartel de la entrada y continúe con mis pasos. Fui recibido por una cálida sonrisa, una bastante familiar.
- Buenos días - Saludé.
- Buenos días -Respondió con la misma calidez que solía tener Eda.
- Ayfer, ¿Verdad? - ella asintió - hay nombres que son difíciles de olvidar- Sonrió apenada.
- Eso es realmente cierto - me señaló - Serkan, ¿Verdad? - ambos reímos.
Tuvimos una larga conversación, mientras arreglaba algunos ramos de flores los cuales le pedí. Cada año en un día como hoy, hacíamos para kaia un homenaje después de su partida. Yo era el encargado de hacer aquel evento, pero eso duró solo los primeros años. Ahora, era Selin quien tenía el mando, puesto a que se había ofrecido a organizarlo, pero por alguna extraña razón me había pedido que me encargará de las flores.
- ¿No tiene trabajadores? - ella negó ante mi pregunta.
- Me gusta hacerlo todo yo sola - confesó - Aunque, en algún tiempo tuve a una ayudante, mi sobrina - sonrió ante el posible recuerdo.
- Y aparte de ella, nunca a recibido ayuda de alguien más - Que curioso me había vuelto.
- Mi esposo - aclaró esquivando mi mirada.
- El patán de la otra vez - recordé.
- Señor serkan, aquella vez...- suspiró - solo fue un mal entendido.
- Claro - evité el tema debido a su incomodidad - bueno, en dado caso, me gustaría ayudarla.
Me dispuse a ayudarla con la preparación de mi pedido. Realmente su trabajo era hermoso. Sonrei cada vez que veia una margarita blanca, ya que en ella veia el reglejo del alma de Eda. Hablamos como si fuésemos viejos amigos. Y mi parte favorita, fue cuando me hablo de su sobrina, el tema más interesante.
- Han quedado perfectos - halagó mis ramos después de terminar todo.
- No se comparan a los suyos - Mencioné. Ella rió.
- ¿Por qué lo ha hecho? ¿Por qué me ha ayudado? - preguntó con neutralidad.
- Es una forma de sentir menos culpa con alguien a quien he lastimado - confesé - estar entre tantas flores es como verla a ella sonreir - mi mirada se perdió entre el último ramo que llevaba hacia mi auto.
- ¿ A que se refiere? - cuestionó.
- Quizás usted no es la única que busca el perdón de su sobrina - le guiñé un ojo y salí de aquel lugar.
La tarde llegó con rapidez. Realmente no la esperaba. No quería volver a perderme en los recuerdos, una vez pisara el lugar de aquel evento. El olor a sal invadió mi nariz, y sentí la fria brisa proveniente del mar golpear mi piel. Entré al enorme complejo de cabañas donde se llevaría a cabo todo y donde se hospedarian los familiares de kaia y algunos amigos, como siempre soliamos hacerlo una vez termimase todo. Al dia siguiente nos marchariamos a casa.
Todo estaba listo, solo faltaba ubicar las flores. Una vez terminado todo, se dio inicio al pequeño homenaje. El sol comenzaba a ocultarse detrás del inmenso mar. Los colores de atardecer rompían con el azul del cielo.
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¿Y si Te Quedas? - Edser.
FanfictionY si te quedas hoy, esta noche o toda la vida; juró que no querrás irte jamás.