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Le dejó su espacio, Paulina empezó a comer. La cabeza y el estómago le daban vueltas, eso era claro, pero más allá de los efectos de la borrachera, la ansiedad la estaba haciendo su presa... Verse allí, entre las cosas de él, con su olor y de frente, esa maleta.

También comenzó a recordar la serenata y la escena que le había montado borracha. Se abochorno por eso, pero en el fondo sabía y sentía que había verdad en todo lo que pasó. El vuelo se aproximaba inminentemente y ella ya no sabia que hacer...
Cuando su celular empezó a timbrar de nuevo, ella salió disparada de un brinco hacia el baño; el alcohol y los nervios le ganaron.
José María esta vez no se animó a atender, temía que fuera la mismísima Virginia y eso sí que sería complicado. Prefirió ir en busca de la dueña del aparato y al no verla en la cama se alteró. Arrojó el celular sobre las cobijas y empezó a golpear la puerta del baño como enajenado, la oia devolviendo el estomago y se preocupo aun mas
J: Estás bien? PAULINA HABLAME!!!
El teléfono no cesaba en su pitido monofónico, de pronto ese apartamento se volvió un caos.
Cuando por fin Paulina salió con la cara lavada y el pelo recogido se hizo el silencio. La cara de la chica completamente parca.
J: Joder, cariño!! el susto que me he llevado yo. estas bien?? ¿Qué necesitas? Mírame...
P: Si, si Chema, está todo bien... (apenas había vuelto a verle, le dio algo como unas palmaditas en el pecho y la cadencia de su voz apagada tan lenta como nunca le había escuchado)
Las alarmas de Jose María, muy por el contrario sabían que allí todo era un desastre, Paulina se estaba cerrando...
J: Es la segunda vez que te llaman, perdóname pero la primera llamada yo la cogí. Aún no te habías despertado, era Delia. Se preocupaba porque no sabía nada de ti. Yo le he dicho la verdad... o sea, que no habías llegado bien, pero que yo ya estaba contigo y que dormías...
En automático, Paulina tomó el teléfono y en una muy corta plática tranquilizó a Delia y le dio algunas indicaciones. Acto seguido, comenzó a recoger sus cosas que el chico le había dejado a un lado de la cama. Allí encontró sus pastillas, se sentó y se dispuso a tomar una...
J: Paulina, que te pasa?, ya dime (el susto a tope, sus pastillas)
P: regálame tantita agua por favor, si?
Vaso de agua en mano, el español insistió
J: ¿vas a decirme de una vez? Pau, por favor (sus ojitos verdes la conmovieron)
P: yo ya no voy a decirte mas nada José María, que puedo decirte? tu te vas... y yo me quedo aquí... ¡NO! yo me tengo que ir de aquí.... debí irme cuando me rechazaste..(Se apresuró a seguir recogiendo las cosas, las lágrimas amenazando) soy una tonta (se levantó y dio un par de pasos) si tu no me quieres..
José, en una zancada estaba ya detrás de ella, deteniéndola por las muñecas, obligándola a girarse y mirarlo. Los dos estaban llorando Finalmente él cerró la distancia entre los dos y la beso intentando no ser muy brusco. Quería decirle en un beso tantas cosas que no lograba ordenar, el tiempo en contra, salir corriendo, quedarse allí con ella, su cabeza era también un enredo. Sin embargo había algo que lo anclaba al piso: los labios de esta chica que lo besaba con ansia contenida, con un dolor que era su mismo dolor, la boca de los dos borrandolo a su vez. Lo que estaba mal pero se sentía más que bien.
Por fin se separaron para tomar aire y el reflejo inmediato fue abrazarse. La mirada del español sin querer fue a dar de nuevo a aquella puerta del armario con llave. Tomó aire y cerró los ojos con fuerza hundiéndose en los brazos de su Paulina.
En un instante ella estaba empujándolo hacia la cama nuevamente. José que ya se imaginaba las intenciones, no se separó de ella pero habiendo llegado al destino no le permitió continuar con sus planes.
P: qué pasa?!!! ves que no me quieres??
J: Pero Paulina!!! ¡QUE YO TE QUIERO, COÑO!
P: porque no quieres estar conmigo? ya no estoy borracha
J: así con prisas yo no quiero nada contigo
P: pero mi adorado, si te vas ya y me vas a dejar sin ti, No tienes corazón...
J: Veme Paulina. Y escúchame (tomó su cara por sus mejillas y la miro a los ojos). Cuando nos conocimos, que además me trataste muy mal tía!(se rió) yo ni me imagine que pudiera morirme de amor por tus ojos como me estoy muriendo. Ni por tus locuras, ni que me iba a hacer tanta falta escucharte reír (ella sonrió), ni por tus huesitos, flaca (le hizo cosquillas en su cintura y ella volvió a sonreír). Yo sé que nos conocemos hace poco pero no lo pude evitar, mira... Pero no he querido hacer nada porque sabiendo que habría de irme, no quería hacer daño, pero el otro día no me aguante y te bese. Yo no se,... tenia miedo, pero de pronto me besaste de vuelta y... joder!, fue estupendo, de verdad te digo.... y luego tu no me hablaste mas y supe que la habia cagado.
P: no, tu.. (volvía a llorar)
J: déjame terminar que ya he tomado valor y si me callo, me atraganto. Te pido perdón por hacer las cosas mal, no debí enamorarme y aquí estoy. Yo no quiero lastimarte, no llores Pau... yo te quiero y me gustas y todo pero todo todo todo. No me acuerdo haber estado así antes, ni haberle dicho esto a nadie...Me siento realmente desnudo, pero quiero decírtelo porque me late en el pecho.
P: pero, pero tienes que irte... (hipaba y el corazón se le rompía)
J:Asi es cariño, ahora debo irme, pero...
P: por que me dices cosas tan bonitas, para luego marcharte??, NO ME DEJES!! (lloraba en sus brazos) yo quiero quedarme así contigo, nosotros dos.
J: Pau quiero que entiendas que tengo que ir donde mi familia, explicarle algunas cosas y arreglar otras
P: llévame!
J: tu mamá nos mata!
P: cobarde
J: que no, Paulina! pero tienes que dejarme ir esta vez. Escúchame. Tengo que volver y ordenarme y volveré aquí, es de verdad
P: QUE?!
J: Es lo que he tratado de decirte las veces que no pasaste al teléfono
P: Ay José María!! (salto a abrazarlo mientras le daba besos por toda la cara) Pero entonces cual daño?
J: (suspiro hondamente)es más largo corazón,.. es que yo...
Suena el celular nuevamente y ella sabe que tiene que salir corriendo cual Cenicienta.
P: (parándose como impulsada por un resorte) tengo que irme a mi casa, no es broma.
J: ¿cómo?... oye yo te llevo...
P: pero tienes que..
J: yo recojo esto después (ella se le echó al cuello y le dio un efusivo beso)

El camino a las Lomas fue casi en silencio, solo iban tomados de la mano, se miraban furtivamente de vez en cuando.En la entrada a la mansión, el auto de Ernesto, venía llegando en la dirección contraria. Frenaron para dejarlo pasar. La despedida fue breve, contra todos sus anhelos, y sin demasiadas palabras, sus ojos querían decir tanto....Al final besaron sus manos mutuamente y se disolvió el momento.

Al entrar Ernesto solamente le miró en silencio, como escudriñandola, sin querer invadirla.
P: estoy bien papá
E: lloraste
P: se nota mucho?
E: toma mis gafas de sol, anda.
V: bueno pero qué es esto??? (detrás de Virginia aparecía Delia desencajada, tratando de hacer quien sabe que señas)
E: (abrazando a su hija por los hombros) buen dia mi amor, no dramatices. Aquí vamos llegando. Pau me llamo del celular, pase a dejar a los muchachos que iban con ella y nos fuimos a desayunar y se nos fue el santo al cielo, mil disculpas, pero ya llegamos.
P: hola mami
V: y esas gafas?
P: ay son de mi papá, verdad que si me quedan? ya le pedí unas para mi. Les pido un permiso, quiero ir a ducharme
E: ve mi cielo, anda.
Pau subió corriendo las escaleras y sintió que la observaban, era Ernesto que se quedó viéndola. Ella le mando un beso volado y siguió su rumbo.

El baño la relajo bastante, pero tardó en conciliar el sueño, todo su interior era un enigma, era mucha información, mucha emoción... demasiado lo de los últimos días, y esta mañana...vaya!!! Jose la quería... se iría, pero volvería. Los siguientes días serían difíciles, eso la angustiaba, su corazón libraba una batalla entre esa desazón, la tibieza de la declaración de su amor y las promesas que quedaron flotando entre ambos... Pequeña Paulina...

Joaquín y ChavelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora