El hospital

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Ya no estaba consciente, no sentía mi cuerpo, pero lograba escuchar algunas pocas palabras que decían los médicos en el hospital.

Entendía que estaba delicada y que la herida había perforado uno de mis órganos vitales. Mi condición era grave, los médicos daban pocas esperanzas. Pidieron a mis padres entraran a despedirse de mí antes de la cirugía. Y aunque los doctores prometieron hacer todo lo que estuviera en sus manos para salvarme, no dejaban de mencionar lo complicada que sería la operación, insinuando que no conservaran muchas esperanzas ante mi situación.

Mi mamá al entrar a verme no paraba de llorar y mi papá al contrario no podía gesticular ningún tipo de sonido, supongo que estaba en un estado de conmoción. 


***

Estar en esta situación me resultaba bastante frustrante tenía un tanto que decirles y mucho por lo cual vivir. Aún quería probar nuevos sabores de helados y quería viajar por la India, quería terminar una carrera y porque no ganar la lotería, pero ahora todo eso eran solo sueños. 

Estar ahí acostada en ese frío cuarto de hospital que me hizo ver lo tonta que había sido conmigo misma, había vivido tantos años tratando de complacer a los demás y había olvidado de lo que en realidad yo soñaba ser. 

 El tiempo ahora se me había acabado y estaba lista para dejarme morir.

El silencio era penetrante hasta que escuche como discutían al otro lado de mi habitación. Una de las personas que peleaban me resultaba con un tono de voz bastante familiar. Intente recordar de quien era esa voz que se escuchaba tan molesta y era de Hugo que suplicaba al enfermero que lo dejara entrar. 

Después de un tiempo se escucharon unos cuantos forcejeos. Y en seguida unos pasos apresurados que se dirigían hacia mí, entonces escuche su voz clara a un lado de mi oído.

Un suspiro másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora