Ya no quiero ser tu amiga

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-Marina, te estuve buscando, ¿Dónde te metiste durante todo el día? Me dijo Hugo cuando me vio pasar por el pasillo que conducía a la zona del comedor. Mientras me abrazaba con gran cariño. Y como si nada del infierno que estaba viviendo hubiera pasado y continuo hablando.-¿Qué vamos a almorzar hoy? ¿Pechuga asada o una milanesa con papas?


-Ahora no Hugo, debo hacer algo importante.


-¿Qué es más relevante que el almuerzo? Bromeo y al ver la seriedad en mi rostro. Puso una cara de preocupación aun en su afán de broma.


-Ya basta, Hugo deja de mirarme así.


-Ok, dime ¿Qué pasa? ¿Qué es eso tan crucial que deseas hacer?


-Voy a poner un alto a los mokis.


-Y ¿cómo lo piensas hacer? Preguntó Hugo ante mi comentario.


-Tengo un plan. Llevo varios meses ideándolo y bueno, creí que no lo ocuparía justo después de tu llegada. Pero hoy no se midieron con su broma y considero que es el día correcto para poner manos a la obra a mi plan y terminar con ese grupito de... Hugo me freno para evitar que dijera una palabrota, comentando.


-Cuéntame en qué consiste tu plan. Y después de explicarle detalladamente por más de 15 min todo lo que deseaba hacerles para que pagaran y sufrieran un poco lo que yo pasaba a diario con sus burlas. Hugo se rascó la cabeza y me vio como nunca antes me había visto. Sus ojos mostraban una gran desilusión y su rostro era serio como si no pudiera creer todo lo que había escuchado.


-¿En verdad piensas que al hacerles todo eso tú te sentirás mejor?


-Pero... volvió a interrumpirme.


-Déjame hablar. Me grito y yo guardé silencio, nunca antes me había hablado así y continúo.La agresión no se terminará si tú generas más agresión, ¿no te das cuenta?, tu plan es igual de malvado como lo son los mokis. En verdad te desconozco y te juro que si llevas a cabo ese estúpido plan jamás te volveré a hablar. Yo no quiero una amiga así. Y sinceramente, yo supuse que tú eras diferente a todos esos chicos que tu tanto odias, pero después de escucharte la verdad es que ya no lo sé.


-Entonces, ¿Te estás poniendo de su lado? Le grité con toda la furia que sentía en ese momento.Hugo se encogió de hombros, lo cual despertó aún más mi furia. Así que volví a tomar la palabra.

- Pues sabes una cosa que la que no quiere tener un amigo como tú soy yo, así que vete y déjame en paz. Dije sin pensarlo y arrepintiéndome de mis palabras al ver como Hugo se marchaba con cara de enojo.

Acababa de arruinarlo todo y eso me hizo sentir aún peor.

Un suspiro másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora