¿Qué importa el nombre?

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Mi nombre es como el de cualquier chica de 15 años, que más da si me llaman Carmen, Ana, Karina o Rumina para mis compañeros de clase y para el mundo eso no importa, soy conocida como bola de grasa. Soy el tipo de persona que por desgracia no pasa desapercibida y no por ser parte del grupo de chicas populares del colegio o por ser una mujer atractiva, todo lo contrario yo Marina soy simplemente la chica retraída de lentes, cutis con acné y como mi apodo lo describe de cuerpo angosto por no llamarle gordo.

Por desgracia no fui favorecida por la naturaleza, Dios, los cosmos, mis padres, la genética o a quien se deba culpar de mi condición de patito feo. Además de que uso unos espantosos brackets que al sonreír provoca varias burlas en mi salón. Creo que por ese motivo últimamente he dejado de sonreír con frecuencia, ahora solo lo hago cuando me encuentro sola en mi habitación, el único lugar que hasta ahora me resulta seguro, pues cuando estoy ahí el tiempo pasa tranquilo y perfecto. Ahí no existen burlas, mentiras, personas falsas y mucho menos existen "los mokis" que al parecer su único propósito en la vida es hacer mi vida más miserable de lo que debería ser.

Sé que no debería temerles tanto y mucho menos entregarles el control de cómo me siento, pero en verdad me resulta imposible controlarme cuando ellos están a mi lado.

Los mokis se componen de 3 chicos y 2 chicas del colegio que por rasgo común llevan perforada la oreja izquierda y su arete es de un mono con textura de moco colgando de sus orejas cada uno de diferente color, son bastante usuales; pero muchos dicen que para ser parte del grupo debes pasar por varias pruebas de supervivencia y superioridad como comer un escorpión y dormir durante toda la noche en un panteón. Y una vez realizada tu prueba final acuden a cerrar el pacto de pertenencia con la famosa perforación que indica que eres parte de ellos y desde ese momento ya nadie puede volver a tocarte, pues ahora te protege la familia.

En fin, ciertas o falsas estas historias quienes componen el grupito de los mokis son personas de corazón muy frío y de pocos sentimientos. Ellos se atreven a hacer cosas que la mayoría de los chicos de nuestra edad no harían y es que confrontan las ideas los profesores enfrente de un grupo lleno de alumnos, debatiendo sin argumento y faltándoles al respeto como si se trataran de sus mejores amigos. También les he visto robando en la tienda de Don Pepe y salir huyendo entre risas de la policía, son los encargados de que varios alumnos se queden sin almuerzo en los recreos y hace poco se rumoraba que ellos habían causado el incendio de los laboratorios de química y física de la escuela. Pero por arte de magia siempre salen bien librados de sus fechorías, son expertos en meterse en problemas, pero son aún mejores en librarse de todo tipo de castigo. Estoy harta de las justificaciones que todo el mundo les otorga, que si son incomprendidos, eso a mí no me interesa. Estoy cansada de ellos, de sus burlas, golpes, mentiras, como desearía que no existieran, como me gustaría la posibilidad de no existir.

Un suspiro másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora