Estábamos como locos muertos de la risa pasando el rato cuando de repente levante la mirada y vi en la mesa de enfrente al líder de los mokis. Ya sabía que sus padres habían pagado una fianza para sacarlo del tutelar de menores. Pero sinceramente no me lo esperaba encontrar sentado en SuperBurger con un grupo de amigos, la mayoría se veían mayores que él y se estaban divirtiendo.
Hugo se dio cuenta de su presencia y me tomo de la mano como símbolo de apoyo. Yo le respondí con una sonrisa y me levanté de mi asiento, me dirigí ante mi enemigo y notaba como todos mis amigos me miraban sorprendidos.
Al llegar a su mesa él se puso pálido y muy angustiado.
-¿Puedo sentarme?, le pregunté.
Él afirmó con la cabeza, sin poder gesticular ni una sola palabra. Sus amigos se fueron a una mesa cercana y nos quedamos a solas. Ambos grupitos nos miraban a lo lejos sin entender que pasaba.
Y después de un largo rato de charlar. Ambos nos levantamos de la mesa. Hugo también se levantó de la mesa donde se encontraba, listo para defenderme si fuera necesario.
Pero espero a ver mi reacción y todos se sorprendieron al ver que mi antes enemigo y yo nos dábamos un fuerte abrazo.Volví a mi mesa y mis amigos me abrazaron todos a la vez, mi madre me expreso que se sentía orgullosa de mí y Hugo me miraba aún más admirado.
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Un suspiro más
JugendliteraturMarina es una chica de 15 años, víctima de bullying escolar, lo cual le ha causado inseguridad, depresión y baja autoestima. Por años ha vivido entre el miedo hasta que decide poner un alto a sus agresores y vivir un viaje extraordinario para conoce...