El regreso

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Había comprado un hermoso vestido y estaba tan emocionada con la idea del gran baile. Carmen no paraba de contarme los preparativos que se vivían en la escuela y el notar su emoción me hacía sentir tanto nerviosismo que me cuestionaba si era buena idea regresar. Y después de pensarlo claro que deseaba volver a mi escuela.


Aparecería por primera vez en el colegio después de varios meses de no ver a mis compañeros, pero me sentía preparada. Ahora era libre, segura y estaba dispuesta a confrontar mi realidad. Mi psicóloga me había dado de alta pues consideraba que estaba lista para avanzar sola en mi vida y yo me sentía muy capaz de vivir al máximo esta segunda oportunidad.

* * *


El día había llegado y Carmen, llevo a Isis para que nos arreglara, nos pusimos nuestros vestidos y tomamos cientos de fotos divertidísimas. Iris no podía parar de reír con nuestras poses y locuras.

Entonces el timbre sonó, era Hugo y Carlos que venían por nosotras, ambos vistiendo un esmoquin negro. Ambos se veían guapísimos y fuimos corriendo hasta sus brazos. Mis padres nos tomaron otras cuantas fotos más y nos llevaron al baile.


Durante el camino cantamos y reímos, pero al llegar al colegio el silencio se hizo notar, mis amigos me miraban para ver cuál sería mi reacción, así que baje del auto con seguridad y Hugo me acompaño durante mi prueba de fuego. Entramos a la escuela, cruzamos los pasillos e ingresamos al gimnasio donde cientos de luces nos daban la bienvenida.


Los chicos de la escuela nos miraban tan sorprendidos, ya sea por mi presencia o mi cambio de vida. Mi exterior reflejaba belleza, pero mi interior mostraba grandeza.


Acostumbrada a las miradas incómodas, llegamos al centro de la pista donde empezamos a bailar al ritmo de la música. Parecíamos chapulines en medio de la pista, brincando y cantando las canciones que el DJ ponía.


Tomamos algunas bebidas y reíamos como locos mientras los demás nos veían, sorprendidos de cómo mi vida había cambiado. Algunas personas se acercaron a mí y me dieron la bienvenida, algunos sonaban honestos y otros con un poco lo hacían con cierta envidia. Pero eso para mí ya no era importante. Yo me sentía tan plena. Que las críticas me parecía una tontería.


Pasó un rato donde varía personas se acercaban para platicar que no había notado que Hugo ya no estaba a mi lado, lo busque con la mirada, pero no lo encontraba. Carmen me indico donde estaba y mire que se encontraba a lado del DJ que paro la música y puso otra melodía. Era nuestra canción.


Él fue corriendo hasta donde me encontraba y me abrazo por la espalda para empezar a cantarme "Afortunado". Me volteé para ver sus ojos que brillaban. Imagino que los míos también lo hacían y sonreímos como siempre.


Mientras bailábamos nuestra canción. Al instante se incorporaron mis amigos para bailar con nosotros y el resto de la velada la pasamos todos juntos.


* * *


El baile estaba a punto de terminar y me sentía tan afortunada de regresar. Salí a ver mi escuela, camine por los pasillos mientras Hugo me escoltaba pasos atrás en silencio, pase por mi salón, vi la banca de Hugo con una foto mía. Le sonreí, él se sonrojó. Fui al comedor, al patio. Y me senté en esa banca donde por muchas veces platicamos después del almuerzo. Él se acercó y se sentó en la mesa. Yo me mordí el labio inferior y le besé.

Él me respondió el beso, me abrazo y me dijo:

-¿Quieres ser mi novia?

-Sí, afirme y nos volvimos a besar.

Al separar nuestros labios, lo miré y él preguntó:

-¿Qué pasa?, dijo. -Sé que quieres decirme algo.

-Hugo, ¿Desde cuándo te enamoraste de mí?

-Desde el primer día que empezaste a amarte a ti.


Un suspiro másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora