Un suspiro más

Mariposas en el estomago

Por una extraña razón Hugo ahora me visitaba con más frecuencia, aun cuando yo todavía no me animaba en regresar a la escuela. Él pasaba muchas horas en mi casa, hasta pareciera que tenía el doble de tiempo libre para estar en mi compañía.

Carmen decía que yo le gustaba a Hugo y bueno, a mí él me encantaba desde el primer día que lo vi llegar a la escuela. Pero el hecho de que él estuviera enamorado de mi era imposible. Así que yo siempre me limitaba a verlo como un simple amigo. Hasta ese día.

* * *

Yo me encontraba en el auto de mi mamá, esperándola para irnos al dentista cuando vi que una bicicleta se estacionaba en mi patio. Era Hugo que traía en las manos una caja de pizza. Saludo a mi mamá que iba saliendo de la casa.

-Hola señora, esta Marina. Traigo pizza, hay algún inconveniente si vemos una película en su sala.

-Hugo, cariño vamos de salida. Contesto mi mamá que para colmo lo adoraba. Está en el auto, vamos rumbo al dentista, hoy termina su tratamiento odontológico y le quitan su brackets.

-Oh entiendo, ¿Hay algún problema si las acompaño?

-Claro que no, sube al auto y espérenme ahí en lo que guardo algunas cosas.

Hugo se dirigió al carro y me saludo con la mano.

-Hola.

-Hola, me han invitado a un paseo con el dentista. ¿Te incomoda?

-No, tú jamás me incomodas, le respondí.

Hugo sonrió al escuchar mi comentario y subió al auto. El silencio inundaba el ambiente. Saco su celular, se puso sus audífonos y empezó a buscar una canción. Al encontrarla quito un auricular de su oído y lo puso en el mío para que la escuchara. La melodía era la del "Afortunado" de Lucah que empezó a sonar. El bajo la mirada y empezó a jugar con sus dedos. Al terminar la canción suspiro e iba a comenzar a hablar cuando mi mamá interrumpió entrando al auto.

-¿Me tardé mucho?

-No, ambos contestamos a la par.

Durante el camino estábamos tan callados que mi madre se notaba extrañada. Bajamos del auto y me preguntó discretamente.

-¿Todo va bien con Hugo?

-Si mami, solo estoy un poco nerviosa por lo de los brakets.

Y no mentía, en verdad estaba muy nerviosa, pero no por lo que fuera a pasar en el dentista. No quería mal viajarme, pero creo que Hugo me iba a dedicar la canción, pero mi mamá lo interrumpió.

Entre al dentista y el doctor empezó a trabajar con mi boca. Quitaba fierros y ligas con fuerza. Mientras Hugo y mi mamá me esperaban en la recepción y al salir les sonreí con mi nueva sonrisa. Hugo me tomo de la mano y sin importarle que mi mamá estuviera ahí. Dijo en tono seguro y seductor:

-Luces completamente hermosa.

Mi madre al escuchar el cumplido fue a hablar con el doctor dándonos nuestro espacio. Yo me solté de su mano y él se preocupó.

-¿Qué pasa Marina?

-Hugo, por favor no juegues conmigo.

-Jamás lo haría. Beso, mi mejilla y esperamos sentado en la recepción a mi mamá. Después de un incómodo silencio volvió a hablar.

-En verdad te ves muy guapa. Y grito - Señora, ¿Verdad que su hija se ve guapísima?

Yo me sonrojé al escucharle y quise que la tierra me tragara. Pues una pareja de ancianos nos miraban y sonreían abiertamente ante el comentario de Hugo.

Mientras que mi madre se reía nerviosamente. Todos en el ambiente veían la magia que existía entre nosotros.

Mi madre al salir del dentista propuso ir a festejar mi nueva sonrisa, así que quedamos de vernos con todos nuestros amigos en SuperBurger un restaurante ambientado con superhéroes donde venden alitas y hamburguesas. Y al cual nos gustaba mucho ir con mis nuevos amigos.

Todos disfrutaron de la comida menos yo que aun tenía los dientes muy sensibles, pero su compañía me bastaba para sentirme muy feliz.

-Marina porque no comes aunque sea un poco de papas. Dijo Ulises pasándome una charola con las botanas.

-Gracias, pero siento un revoltijo en mi estómago. Conteste.

-Pero si no has probado bocado, ¿no serán mariposas en el estómago mi amiga? Dijo Carmen echando una mirada picarona a Hugo.