-Parte 17-

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Desde que había llegado a ese sombrío y cruel lugar no había recibido absolutamente ninguna muestra de afecto o amabilidad, por lo cual los suaves tactos de aquella misteriosa mujer (la cual llevaba unos días sin ver) habían escarbado en lo profundo de su corazón, quería, necesitaba, verla otra vez y rogarle para que lo estrujara entre sus brazos, sin dejarlo ir..

Dejo salir un suspiro mientras caminaba lenta y torpemente por el amplio lugar, trataba de "ejercitar" sus piernas ya que llevaba más de una semana sin moverse por estar tirado sobre el sofá la mayoría del tiempo. También estaba algo sorprendido, aquel malnacido no había vuelto después de la visita de aquella mujer lo cual lo tenía intranquilo ya que sabía que era el juguete antiestres de su captor, puesto que lo oía murmurar cosas sobre ello mientras lo violaba o torturaba cruelmente.

Desde que la mujer se había ido el no había recibido más "visitas", eran únicamente platos de comida los que pasaban por una ventanilla ubicada en la gran y pesada puerta de acero que bloqueaba la única fuente "natural" de luz en el lugar

Suspiro pesadamente para luego volver a recostarse en aquel sucio sofá rojo, su cuerpo aún dolía pero el echo de que la sensación fuera constante dio como resultado que su cuerpo parcialmente se adormeciera, en otras palabras, se había acostumbrado al dolor constante

Reposo su cabeza entre sus brazos, pensaba en los momentos felices que tuvo con su familia, con su primer amor, Wendy, y como nunca los vería de nuevo, pensaba en el como iba a morir en manos de un desgraciado infeliz que solo sabía torturar y arrebatale la vida a la criaturas que se cruzaban en su camino... Gracias a todas estas memorias y pensamientos las lágrimas gruesas empezaron a salir de sus ojos junto a los pesados y ahogados sollozos que adornaban la desgarradora escena

Y así pasaron los minutos, horas.. ¿cuantas? No lo sabia con exactitud, pero lo que si puedo reconocer fue el sonido de las llaves chocar entre sí.

Terror eso fue la primera emoción presente en el, ese miedo incontrolable que te hace palidecer y temblar, dejando caer esas frías gotas de sudor. Ese era el tipo de horror que estaba manejando ahora mismo

Unos zapatos bien pulidos se asomaron ante su vista, luego subió su mirada hacia los pantalones negros bien plachados y acomodados, luego, esa camisa amarilla abotonada y algo arrugada

Era el, su secuestrador, y violador estaba ahí, frente a él, con una mirada cargada de odio y frustración

No pudo contenerse, corrió hacia el fondo de la habitación, "resguardandose" en una de las esquinas, estaba jodido

-Vaya manera de saludar a tu amo..- murmuró mientras su rabia aumentaba, estaba furioso y ese recibimiento "grosero" no había ayudado para nada

Empezó a sacarse el cinturón manteniendo la vista fija en el agitado cervatillo, sus temblores, el sudor frío bajando por su espalda. Joder, como lo había extrañado

-Ahora, no estoy de buen humor, por lo cual, no tengo paciencia- Afirmó con una voz "dulce" mientras apretaba el cinturón entre sus manos -Ven acá- Demando con su voz grave y seria, el cervatillo solo negó aterrado con su cabeza -Muy bien.- Recibió el primer golpe en su espalda, soltó un alarido, más Bill no se movía de su lugar de antes -Ven. Acá. AHORA- El infante se arrastro aterrado a los pies de su captor, a lo cual este lo recibido con una amplia sonrisa

Bill se agacho y tomo del cabello jalando hacia atrás a su contrario y sonrio complacido, al parecer solo faltaba un pequeño lapso de tiempo para terminar de amansarlo y poder hacer lo que le de la gana

-Bueno lindura, ya sabes que hacer- Se sento en el sucio sofá y saco su ereción de entre sus pantalones, el pequeño se negó por unos instantes, pero al recordar el ardor en su lomo por el golpe que había recibido recientemente, la idea de hacerle una garganta profunda a aquel rubio no parecía mala

Presa FácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora