Parte 8

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Y ahí estaban, el pequeño cervatillo temblando de dolor, agonía y pánico, tenido sus lastimadas manos alzadas y sostenidas por unas pesadas cadenas; su pecho lleno de cortes por cuchillos, látigos y quien sabe que otro objeto, algunas de estas estaban rellenas de cera caliente la cual aún goteaba junto a la sangre de las mismas. Tenía algo de espuma saliendo de su boca, sus dientes apretados y sus ojos mirando hacia arriba, su cara estaba pálida y completamente sonrojada.

Frente a el, estaba su secuestrador, torturador y "amo" el cual limpiaba los cuchillos con calma mirándole de ves en cuando, al parecer, la droga si que funcionaba, pero como era obvio, la dosis estaba incorrecta, se encargaría de eso después. Al terminar de limpiar los cuchillos se acercó con calma hacia el pequeño, inclinándose frente a el y mirándole con algo de indiferencia y superioridad.

-¿Estás tan mal después de una ronda? Solo te has divertido tu chico, mi "amiguito" esta ansioso por jugar contigo también; pero por lo que veo, no podré estrenar mi nuevo juguete como es debido..- Lo toma del cabello para ladear su cabeza con brusquedad y susurrarle al oído- No queremos que te rompas tan pronto-.

Es increíble ver cómo unas simples palabras pueden aterrar tanto a un ser, en este caso, Dipper, se congeló y luego de unos instantes sus temblores eran fuertes e incontrolables y las gruesas lágrimas no tardaron en venir junto a sollozos y gimoteos por su parte; las cadenas resonaban por los fuertes temblores del chico, mientras el mismo simplemente bajaba la cabeza derramando un río de lágrimas, saliva y sangre. Por supuesto que para Bill, esto era una maravilla, un espectáculo de lo más erótico y morboso de lo que su retorcida mente pudiera imaginar; y como es de esperar el bulto entre sus piernas no tardó en aumentar y notarse en sus jeans negros cubiertos de salpicaduras de sangre. Dio una pequeña sonrisa ladina y miró al pequeño tembloroso frente a el.

-Tal vez no pueda estrenar los agujeros que que quiero, pero puedo estrenar tu linda y mojada boca, ¿no crees?- Saco las cadenas del gancho que las mantenía arriba dándole un alivio leve a nuestro cuernudo, lo arrastró hasta un viejo sofá rojo y se sentó, dejo las cadenas de sus manos en su lomo y desató su corbata colocándola en el cuello de su menor apretándola para usarla de correa, bajo su cierre, dejando a la vista un enorme miembro palpitante con algo de pre-semen en la punta.

Esta imagen deja al pequeño aterrado y congelado, nunca había visto el de alguien más, y mucho menos así de cerca. El mayor sujeta la cabeza del menor forzando su cara a acercarse a su miembro haciendo que sus labios rosen el mismo, dándole un leve escalofrío, era extraño, es la primera vez que un simple roce de labios le afectara tanto, tal vez sea porque a estado duro desde un buen rato.

-Si quieres que te vaya bien y que mis juegos no sean tan bruscos, te recomiendo que empieces a obedecerme pequeña bolsa de carne cuernuda- Aun manteniendo la cabeza del pequeño cerca de su miembro con su otra mano frotaría el mismo contra su mejilla sintiendo su suave piel mojada y temblorosa; tampoco pudo evitar morder su labio al ver la cara temblorosa  y los ojos grandes y llorosos del menor.

-Y-yo.. y..yo no e...esto..estoy seguro de q-que hacer- Dice a duras penas desviando la mirada de "su amo" con mucho nerviosismo sus patas dolían al igual que sus muñecas y su pecho ardía, esto era horrible, sentía que su cuerpo iba a colapsar y todo lo que podía hacer era obedecer a un hombre que no conoce y lo trajo a este infierno, vaya que este no era su verano. Pero bueno mientras pensaba todo esto una risa ronca seguido de una leve caricia en su nuca lo hizo volver al mundo, mirando de frente a el hombre del parche el cual estaba cerca de su cara con una sonrisa.

-Es cierto, eres virgen, lo siento mi error- ¿porque se comporta así? ¿Porque ahora es tan dulce conmigo? Se preguntaba el menor repetidas veces en su cabeza haciendo que su corazón se acelere, el sigue sin entender el porqué, pero no se piensa dejar engañar por unos buenos tratos de un demente.

-Te lo explicaré solo una vez, ¿entendido?- El pequeño solo asiente- Bien, vas a empezar dando besos en la base.- El rubio suelta la cabeza del castaño y toma la "correa" acercando de un leve jalón al menor, el antes mencionado daría leves y temblorosos besitos como dijo el mayor el cual simplemente sonreía viendo la escena- Muy bien, ahora lame como si fuera un helado o una paleta, imagínatelo dulce ¿si?- el cervatillo hace lo pedido, da tímidas lamidas desde la base hasta el medio y sigue así un rato, para luego acostumbrarse y dar lamidas mas largas y placenteras para el mayor, el cual, no sabe porque, pero le estaba fascinado demás esto, echo su cabeza hacia atrás y dejo al pequeño hacer su trabajo, tal vez sea que esta muy duro, pero el pequeñín estaba haciendo un excelente trabajo.

-Bien.. estás haciéndolo excelente, pero es hora de usar bien esa boca tuya- El mismo jala de la corbata y toma de la cabeza al menor y empujándola haciendo que el miembro del rubio entre de golpe llegando hasta la mitad de la garganta del más pequeño causándole arcadas y tos, el mayor obviamente le importo una mierda y empezó a embestir su boca de manera lenta, sacando casi por completo su miembro algunas veces para dejar que el menor vomite y de un corto respiro, para luego seguir embistiendo lentamente.

-Oh Dios, tu garganta es deliciosa..~- Soltaría la cabeza del menor pero no la correa dejando que este termine de vomitar y de varias bocanadas de aire, su rostro estaba sudoroso y casi azul, nunca pensó que casi se asfixiaría con una polla, vaya giro del destino- ¿Estás listo? Esta vez no te dejare respirar hasta que me corra y llene tu garganta ¿bien?- tomo del cabello al menor y lo acerco con un empujón junto a un jalón de corbata; lo miro unos segundos y termino metiendo su polla por completo, llenado nuevamente su garganta para empezar a embestir con fuerza y rapidez la misma.  Varios gemidos y gruñidos roncos se hicieron presentes junto a los forcejeos del menor, el cual sentía que iba a morir.

A los pocos minutos Bill atrapó la espalda del chico con sus piernas haciendo un "gancho" y llevando su miembro hasta lo mas profundo que le permitía; corriéndose con fuerza-Mhg!~ oh joder... ni se te ocurra dejar caer ni una sola gota..- Dijo jadeando el rubio soltando al menor, el cual se limitó a seguir órdenes y dar bocanadas desesperadas por aire, ya sintiendo este en sus pulmones se dejó caer en el suelo al igual que un cuerpo sin vida, pero lamentablemente este no tenía la suerte de serlo.

-Eso fue genial niño, ahora duerme o lo que sea, mañana habrán más juegos- Dijo el mayor para guardar su pene y simplemente salir de ese lugar, dejando al pequeño ahí, tendido en el suelo.

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