Solo hay dos cosas en el mundo que Astrid odia a muerte. Primero que nada, su nombre completo; y segundo, a los borrachos.
Podría decirse fácilmente que odia a estos últimos porque los encuentra ridículos, pero la verdad es que su odio hacia ellos empezó cuando, por culpa de una borrachera, la vida de bailarina modelo que llevaba queda en la cuerda floja al hacer una tontería.
Cabe destacar que, a diferencia de otras tonterías, esta tiene un carburador, motor y chasís.
En su calvario por devolver el coche que había robado borracha y sin que la descubran, Astrid se sumergirá hasta el cuello en un mundo en el que jamás pensó adentrase y, cómo no, también puede que caiga en los encantos de un sexy boxeador al que cree odiar.
Ahora sí, quitando el hecho de que por ley Astrid y Collin deberían odiarse a muerte, ¿qué más podría interferir en su amor clandestino?
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Perfecta atracción
Roman d'amourLibro número I de la bilogía 'Amores que duelen'. I · I · I «Lo fácil aburre, lo difícil atrae, lo complicado seduce y lo imposible enamora. Y tú, Afrodita, me traes loco». I · I · I Muchas copas de alcohol, una pelea clandestina y un boxead...